Elecciones europeas 2019

Elecciones europeas

2019

Paro y precariedad

El trabajo humano es «estructurador de la identidad personal y colectiva» y por tanto no puede considerarse como una mercancía ni un mero instrumento en la cadena productiva por lo que tiene preferencia sobre cualquier otro factor de producción.

Pero la realidad es muy distinta. El mundo del trabajo sufre constantes reformas laborales, que debilitan los derechos del trabajo y deterioran la vida de los trabajadores y de sus familias; la financiarización de la economía, que concentra la riqueza en pocas manos y la fe ciega en la tecnología, como solución a los problemas de la organización social.

Vivimos un mundo en el que se dispara la desigualdad, llegando incluso a crear una nueva clase social: la de los trabajadores pobres. Para afrontar las crisis antes se devaluaba la moneda, ahora lo que se devalúan son los empleos.

El capitalismo del siglo XXI triunfará mientras el mundo del trabajo no sea capaz de organizarse para dominar los procesos digitales y tecnológicos.

Nos encontramos en un punto de inflexión en el que la sociedad consciente del devenir al que nos ha llevado la globalización, quiere intervenir para poner freno al expolio del poder económico sobre los trabajadores. Las multinacionales, con el fin de maximizar los beneficios empresariales, han optado por la deslocalización de su producción hacia países empobrecidos donde no se respetan los derechos humanos. En este punto surgen dos corrientes contrapuestas: la que quiere preservar los privilegios de las multinacionales de la mano de tratados de libre comercio (TTIP, CETA...) y la que pretende garantizar los derechos humanos y el respeto al medio ambiente. El partido SAIn quiere unirse a ésta última exigiendo una legislación que promueva el trabajo digno y las sostenibilidad medioambiental frente a la impunidad de las multinacionales.

Inmigración

La mayor parte de las migraciones actuales son forzosas: a causa de la explotación de los recursos por parte de grandes multinacionales y de las guerras provocadas por intereses económicos y sociopolíticos de las grandes potencias, millones de personas se ven obligadas a salir de su hogar.

Defendemos el derecho a migrar y a no tener que migrar.

Defendemos que la UE se implique de forma solidaria, reconociendo la responsabilidad que tiene en su pasado y presente colonial, en la explotación de los recursos y las personas de otros países, y buscando un reequilibrio solidario de las relaciones, con medidas concretas en los países de origen y en los de llegada de los migrantes.

Hambre

El Hambre debe ser considerado el primer problema de la Humanidad. Actualmente es la primera causa de muerte, empobrecimiento, de enfermedad y de migraciones internas y externas. Es una de las principales causas de inestabilidad social y política y generadora de conflictos y guerras, dentro de los países y entre ellos.

El hambre NO es una fatalidad. Es consecuencia, en gran parte, de los mecanismos de robo de sus riquezas naturales y sus medios de producción.

El hambre es un problema político. Tiene causas y responsables, algunas de las cuales tienen origen en las políticas europeas.

La UE por tanto debe ejercer un papel protagonista en el reconocimiento del Derecho Universal a la Alimentación y en la erradicación del hambre, ya que Europa ha sido la fuente histórica de los DDHH y debe asumir su responsabilidad en el problema