Páginas de la Historia de los Pobres V: Nacimiento de Castilla 2ª parte

Nacimiento de Castilla: Apuntes para invitar a un viaje en el tiempo a la Cuna de Castilla: Merindades y San Millan. 2ª Parte

Hasta aquí, la grandiosidad y el poder de lo pequeño. En adelante, Oña. Aquí aparece el poder de los grandes. Donde se detienen los ojos de los que buscamos el señorío, el orden, la tranquilidad, la riqueza…construidas sobre la mentira histórica. A Oña la funda el Conde García Sánchez. Un poco documentado panel de estilo turístico une la historia de los monasterios con la historia de la monarquía castellana, liquidando de un plumazo los numerosos pequeños cenobios, ermitas y monasterios que poblaron aquellos parajes mucho antes que Oña y que Cluny. Sin éstos, no existirían aquellos. Sin los restos hechos polvo de los millones de campesinos y monjes esparcidos por toda la tierra de Las Merindades de la Castilla Vella, hoy no podríamos contemplar la majestuosidad de los cofres donde yacen los huesos de los Condes de Castilla. Sin los pobres eremitas, no hubieran existido San Benito, San Millán, San Fructuoso, San Genadio, Santa Escolástica.., hoy exhibidos en esculturas en Las Edades del Hombre disfrazados sin su permiso con túnicas de fenefas de oro. La historia nos dirá que San Benito creó el monacato europeo y su civilización. Lo que es verdad, pero no toda. Los que construyen Castilla, los que construyen Europa son los pobres campesinos junto a pobres frailes desde la necesidad y la libertad, desde la lucha y la contemplación. Aunque parezca lo contrario, Oña pasa; La Horadada, queda.

Por fin, Monasterio de San Millán de la Cogolla, Suso. Antes, el trayecto por la Bureba, granero de Roma protegido por Tedeja. Al fondo quedan las murallas montañosas que protegen las Merindades y pasamos por los Montes de Oca, Belorado, hacia la Sierra de la Demanda, dejando a un lado el Ebro, el Monasterio de Santo Domingo de la Calzada, réplica castellana a la hegemonía vascona del de San Millán.
En San Millán, si uno se deja sorprender, sufre un shock, reciente aún el abandono de las cuevas y Tedeja: la burocracia turística; la trampa y contraste entre Yuso y Suso, hermanastros de la misma madre.
Pero no; Suso se impone a los ojos contemplativos como otro hito más de los comienzos de Castilla en la conjunción de los antiguos pueblos cántabros, bardulios y vascones con la continuidad de los visigodos mozárabes: aquella gruta grita también necesidad, libertad, contemplación y lucha, como en Trespaderne. Un pobre pastor solitario, Millán, hace, forzado por un pueblo pobre y necesitado de sus milagros, el gran milagro de la solidaridad de la historia y del trabajo. Tras la muerte de San Millán, miles de conversos vascones, visigodos mozárabes, bardulios, van creando cuevas, ermitas, monasterios; roturando tierras, alzando molinos, salinas, forjas…la nueva tecnología del agua motriz, funden la vieja lengua ibero-vascona con la nueva romano-castellana, al mismo tiempo que huyen o se enfrentan a los invasores…
Hasta que García Sánchez, rey de Navarra y su madre Toda deciden en 923 alzar los dos monasterios de San Martín de Albelda y San Millán de la Cogolla, por necesidades estratégicas. Todo el patrimonio, entre ellos 18 medianos monasterios pasan a ser vasallos de San Millán. Donaciones de Fernán González, para atraerlo a Castilla y los reyes navarros para atraerlo a Navarra, crean el esplendor y la riqueza de San Millán.
Ya los monjes no roturan, pastorean, construyen. Los monjes ahora estudian, organizan, rigen, pintan.., y nos dejan los testimonios de sus antepasados pobres: las joyas del Cartulario, las Glosas Emilianenses, Códice Emilianense, Becerro Galicano, mientras sus siervos labran y construyen y sus protectores donan y extienden sus dominios hasta el Valle de Mena y el Mar Cantábrico, la Rioja Baja del Ebro, la Bureba.

Valle de Mena, Merindades, Sierra de la Demanda, Brañosera, ¿ origen de Castilla? Nada es nuevo en la historia, pero sí renovado. Los imperios caen, los señoríos se hacen ruinas, los grandes monasterios quedan como testimonios.., pero el pueblo sigue construyendo en la necesidad; los pobres crean de la nada nueva riqueza, arte, fazañas, fueros, concejos, caballeros villanos, Comunidades, Mesta, catedrales, murallas, gremios, guildas, Movimiento Obrero…

“Andaluces de Jaén, decidme en el alma de quién son esos olivos. No los creó la nada, el dinero o el señor; sino la tierra callada, tu trabajo y tu sudor”. Porque el pobre de Nazaret manda: “Gracias te doy, Padre, porque descubriste esto a los pequeños e ignorantes y lo ocultaste a los sabios y poderosos”.