La izquierda debe hacer que el vientre de la madre sea el lugar que la naturaleza ha hecho que sea, el lugar más protegido.


La izquierda y el aborto

El gobierno ha presentado la reforma de la ley del aborto. A falta del trámite parlamentario, en el que sufrirá modificaciones, queremos plantear algunos puntos de reflexión:

El debate sobre el aborto debe tener como centro la respuesta a la siguiente pregunta: ¿Es el óvulo fecundado una vida humana? La evidencia científica (la genética, la embriología, la biología celular…) y el sentido común afirman que sí. Es un ser humano distinto de la madre. Si es una vida humana, debe ser protegida. Ese debe ser el papel de la verdadera izquierda: defender al débil.

La reacción visceral de la izquierda oficial (PSOE e IU al frente) va a permitir al PP levantar la bandera de la defensa de la vida, cuando es evidente que al PP la vida de los débiles le preocupa poco, como pone de manifiesto, por ejemplo, la vergonzosa valla de Melilla. La ceguera del progresismo es así, dicen estar contra la propiedad privada defendiendo expropiaciones y nacionalizaciones -que la mayoría de las veces no es más que capitalismo de estado-, y a la vez se inventan el “derecho” de propiedad privada más absoluto: disponer de la vida del no nacido.

Muchos de los que defienden el aborto reconocen que es un mal. Pero son incapaces de explicar por qué, si es un mal, debe garantizarse su existencia en vez de trabajar por erradicarlo.

El gobierno (junto con el PSOE e IU) utilizan el argumento del riesgo físico y psicológico de la madre para defender el aborto. Pero si la solución para evitar el sufrimiento psicológico de una madre es eliminar la vida de su hijo ¿podrían hacer lo mismo las madres de los drogadictos, parados, alcohólicos, enfermos crónicos? ¿Acaso no sufren esas madres? El aborto no resuelve el sufrimiento psicológico, lo agrava aún más con la indiferencia de la sociedad, cuando no aprobación, ante la tragedia por la que la mujer pasa.

Y a utilizar argumentos como “si no quieres abortar no lo hagas, yo no te obligo, pero déjame a mí hacerlo si quiero”, que no se sostienen si se comparan con otros “derechos históricos” como el de la esclavitud. ¿Quién aceptaría el planteamiento de “si no quieres tener esclavos no los tengas, yo no te obligo, pero déjame a mí tenerlos si quiero”?

Son numerosos los personajes de la izquierda de todo el mundo que se han posicionado contra el aborto: Gandhi, Adolfo Pérez Esquivel, Antonio Guterres, Tabaré Vázquez, Norberto Bobbio,… El aborto es un hecho reaccionario.

La izquierda debe hacer que el vientre de la madre sea el lugar que la naturaleza ha hecho que sea, el lugar más protegido.