Páginas de la Historia de los Pobres IV: Nacimiento de Castilla

Nacimiento de Castilla: Apuntes para invitar a un viaje en el tiempo a la Cuna de Castilla: Merindades y San Millan. 1ª Parte


VALLE DE VALDIVIELSO (Merindad de Valdivielso: Puente Arenas- Torre Merina- Cuevas- Monasterio de Tejedo.Iglesia concejil porticada)
CUEVAS DE LOS PORTUGUESES. (La Horadada, Sierra de Tesla)
FORTALEZA DE TEDEJA. (Merindad de Cuesta Urría: Trespaderne)

La primera impresión es que te quedarás contemplando desde la altura el Valle de Valdivielso y su Merindad. Acto seguido, la seguridad de que allí nace Castilla: la secuencia saltus (bosque)-valle del paisaje; el conjunto cuevas–torre merina-iglesia concejil- monasterio visigótico; el río Ebro-molinos-gargantas-cumbres castillos…¿A qué se refieren los anales árabes al decir Al-Qilá-Los Castillos, a fortalezas construidas por hombres o por la naturaleza?
Todo hace una llamada a la gran aventura de la vida nueva, tras el fracaso de la sociedad romano-visigótica, bajo el protagonismo de campesinos y monjes eremitas pobres, en lucha contra el invasor árabe, el terreno abrupto de bosque y la pradera sin escaliar y la intromisión de los señores feudales.
Merindades de Castilla, puente y crisol entre dos civilizaciones, entre pueblos, entre culturas y artes, entre religiones, entre economías y tecnologías, entre costumbres, concejos y fueros. Todo ello hecho por gentes huidas del hambre, y, como levadura, la nueva familia libre nuclear surgida de la ruptura de las comunidades tribales del norte cántabro y vascón y la familia nuclear del nuevo mensaje de los mozárabes. Es la necesidad, la libertad y la igualdad la que quiere abrirse paso en la historia de los pueblos, una vez más. Su convivencia vendrá señalada por la compañía de ermitaños anacoretas y monjes, con los que comparten penas y alegrías, pecado y gloria.
Castilla, así, para recrear España, echó mano de odres nuevos para vino nuevo. Este vino no podría fermentar y madurar en otros odres más que en aquella naturaleza.
Rompiendo el sagrado silencio de “los valles solitarios nemorosos, y los ríos sonorosos” del desfiladero de La Horadada, el coche profanará las Cuevas Eremitorios o Lauras llamados de los Portugueses.
Habíamos decidido quedarnos sentados un cuarto de hora para recoger los efluvios misteriosos que emanaban de aquel rincón de cuevas. No estamos preparados para ello. ¿Qué podríamos adivinar detrás de aquellos parajes? ¿ la “fuga mundi” o la “fuga mauri, o la colonización de quienes – siempre los ha habido- necesitan poco y de lo poco que necesitan, necesitan poco? Quizá las tres cosas.
Pero, no; no estaban tan solos los eremitas. Allá, en la cumbre, la Fortaleza de Tedeja. Abajo, en el valle, Trespaderne, decantación en los siglos de los viculis, vicus y, villae de aquellos tiempos. Cerca, sus colegas en los cenobios. Pero el gran descubrimiento para mi es la historia. Tedeja es castro, es limes romano, es Al-Quila, es testigo de que la historia sigue, y con ella, la vida y la lucha por ella. Son los eremitas “cavernícolas” los verdaderos constructores de esta nueva vida. Lo veremos más tarde en la Rioja Alta y lo comprobaremos en La Tebaida Berciana: la Cuenca del Duero no la despoblaron del todo Alfonso I y Fruela. Refugiados en los rincones serranos de Castilla Vieja, anacoretas y pastores, ignorados o arrinconados por las incursiones musulmanas y cristianas, esperaron, entre riscos, saltus y cabañas de alzada, la llegada de cántabros, vascones y mozárabes, procedentes de más allá de las grandes montañas Cantábricas y Pirenaicas y de las persecuciones de Al-Andalus. A penas romanizados y cristianizados los pobladores que allí se juntaron huyendo del hambre, de la persecución y de la corrupción imperial, se arrimaron a las cuevas y monasterios rupestres y desde ese refugio material y espiritual, natural y sobrenaturalmente confundidos, edificaron iglesias y minúsculos monasterios, roturaron bosques, alzaron defensas.., se agruparon en viculis, nombraron bonos omes, se rigieron por fazañas, resolvieron sus asuntos en el concilium vecinorum, recrearon el arte visigótico-mozárabe en sus ecclesias familiares, fusionaron latín y vascón en una nueva lengua, dejando sólo el documento escrito en las rocas, iglesias y, sólo más tarde, los scriptoriums monacales.

Y la vida sigue construyendo historia. La historia es para aprender a vivir. Si no, se convierte en un lujo para soñadores. Vivir la historia hoy es constatar que hoy también hay vivientes pioneros luchadores pobres que abren caminos nuevos para descubrir y roturar nuevas tierras y vividores que esperan a que se abran para ocupar mediante la opresión o el oportunismo corrupto las nuevas tierras. Hoy hay muchachos con adultos que salen a la calle en las plazas de España y del mundo gritando pan y libertad, trabajo y justicia. Y son perseguidos, arrinconados.
Desde estas páginas te invitamos a salir a la calle y luchar por la justicia…A imitar a los castellanos pioneros pobres y desbrozar caminos para las siguientes generaciones. Es una lucha para corredores de fondo. Debemos a nuestros antecesores pobres que lucharon lo que hoy tenemos. A nadie más.