El hambre y la esclavitud no son problemas lejanos

La candidata de SAIn quiso ser fotografiada en la puerta de un prostíbulo de Pamplona porque entiende que allí se abusa y maltrata a mujeres que viven “explotadas y esclavizadas».

Están a favor de la inmigración y de los derechos laborales y al mismo tiempo se sitúan en contra del aborto y de la eutanasia. SAIn es un partido que rompe esquemas y que se mueve por «la justicia, la solidaridad y la fraternidad»

María Elena García San Segundo (Madrid. 1971) es abogada y candidata de SAIn (Solidaridad y Autogestión Intemacionalista) al Parlamento de Navarra. Después de los 880 votos que el partido obtuvo en 2015, ahora García aspira a ampliar su electorado para trabajar por los derechos de los trabajadores frente a una actual izquierda a la que dice “no reconocer».

En muchos aspectos SAIn parece un partido de izquierdas, sin embargo, está en contra del aborto y de la eutanasia. ¿Dónde se sitúan ideológicamente?

Es algo que nos preguntan mucho, para nosotros lo prioritario es la persona en su integridad. No puedes dar más importancia al niño que está por nacer, al inmigrante que se ha visto forzado a emigrar por las guerras o a la empleada del hogar que trabaja en condiciones de explotación. La persona tiene la misma dignidad desde que está por nacer hasta que muere. A nosotros nos mueven la justicia, la solidaridad y la fraternidad. Que cada uno nos juzgue según eso. SAIn habla explícitamente de la aportación de la Iglesia a la sociedad. ¿Son una izquierda cristiana? Somos un partido de inspiración cristiana porque los valores que nos mueven tienen su base en el cristianismo. Por otro lado, la izquierda históricamente siempre ha defendido al más débil, pero el más débil también es el niño no nacido. No hay ninguna razón para acabar con esa vida y el que no la defienda no puede llamarse de izquierdas. Mi padre fue socialista toda su vida, pero no se siente identificado con la izquierda de hoy. Yo tampoco la reconozco.

Muchos de sus objetivos, como el fin del hambre o de la esclavitud, son muy deseables, pero ¿cómo se concretan a nivel local?

Cuando se habla de hambre o esclavitud cerramos los ojos a que esas realidades las tenemos aquí. En España hay esclavitud. Las mujeres que trabajan en prostíbulos viven explotadas, pero los gobiernos locales no toman medidas con esos locales, a pesar de que tienen competencias para ello. Lo que ocurre es que tienes que dar alternativas de vida a esas mujeres explotadas y replantear la estructura económica y política de la sociedad. Además, consumimos productos que están hechos con esclavitud y se pueden tomar medidas para que los productos que los ayuntamientos y el Gobierno de Navarra adquieren no estén hechos en condiciones de esclavitud. Se pueden hacer cosas, aunque parezcan problemas lejanos.

¿Ha pasado la crisis económica?

Para nada. El otro día Cáritas sacó el dato de que 2,5 millones de personas en España no llegan a fin de mes aunque tienen trabajo. Hay que tomar medidas para que las pequeñas y medianas empresas, que son quienes más empleo generan, se vean favorecidas en sus condiciones para poder ofrecer empleos estables. También hay que meter mano a las reformas laborales de PSOE y PP y combatir el encadenamiento fraudulento de contratos temporales con más personal dedicado a inspecciones de trabajo. Además, nosotros apostamos por la economía social y solidaria, por ejemplo con la figura de las cooperativas.

En las últimas semanas, la eutanasia ha vuelto a ser un tema de actualidad por el caso de María José Carrasco. ¿Qué proponen para este tipo de casos?

No puede tomarse ninguna medida legislativa en caliente y con un caso de tanto contenido emocional. Lo que tenemos que preguntarnos es cuál era la situación de esta señora: su marido tuvo que pedir reducción de jornada y luego prejubilarse para atender a su mujer y estuvieron esperando durante diez años una plaza en una residencia. Este caso es un ejemplo de las miles de familias españolas que se hacen cargo de sus seres queridos por sus propios medios y sin apoyo de la Administración. Una vez hecho eso, habrá que tomar medidas para que esos enfermos puedan morir sin dolor, potenciando los cuidados paliativos.

¿Qué les diría a quienes rechazan la inmigración?

En este mundo global, las mercancías tienen libertad de movimientos y las personas no. Hay que reflexionar sobre la responsabilidad que tenemos en la situación de los inmigrantes. Los barcos europeos esquilman la pesca de las costas de Senegal y roban su medio natural de subsistencia. Y luego queremos que los senegaleses no vengan.

Jaime Cervera

Fuente: Diario de Navarra