Se cumplen 130 años de los sucesos de Chicago

224-VLos mártires de aquella jornada hicieron universal el grito: ¡Ocho horas de trabajo! ¡Ocho horas de descanso! ¡Ocho horas de educación! Esta lucha solidaria no es recogida hoy por los sindicatos del norte enriquecido.

El silencio con la realidad de los inmigrantes y la ausencia de una voz ante el drama de los refugiados, además de la clásica ausencia de los hambrientos y de los niños esclavos de las reivindicaciones sindicales, hacen difícilmente digerible el espectáculo al que asistimos cada año en las manifestaciones del 1 de Mayo.