No debe darse por caridad lo que debe exigirse por justicia

En los últimos días hemos escuchado que se necesitan más donaciones de alimentos y más voluntarios que en la anterior Gran Recogida para los Bancos de Alimentos. Cada vez más. Cada vez más….

Algo está fallando cuando  una iniciativa como los Bancos de Alimentos, que se crean para atender urgencias, para situaciones puntuales de emergencia, terminan por crecer sin parar, necesitando cada vez más y más recursos. Algo muy grave está sucediendo cuando no sólo no disminuyen, sino que cada vez se hacen más imprescindibles para la supervivencia de un número creciente de familias.

Desafortunadamente las Grandes Recogidas no invitan a reflexionar sobre las causas que están llevando a esta realidad: “Compra y deja tu bolsa a la salida del supermercado. Y dentro de ella, deja también el análisis de las causas”. A cambio te llevarás una sonrisa de agradecimiento y la buena conciencia de haber contribuido a paliar un problema. Y hasta la próxima Gran Recogida ¿O no es así?

Está bien ser solidario, contribuir con ésta u otras iniciativas a paliar las necesidades de los otros, pero si nos quedamos en una acción puntual, la solidaridad se convierte en asistencialismo, cuando en verdad debería movernos hacia la acción continuada en combatir las causas, hacia la justicia.

El asistencialismo lleva a poner siempre nuevos parches, al paternalismo, a una caridad mal entendida. El asistencialismo sin más obliga al otro a no sentirse protagonista de su vida, a ser dependiente de lo que otros queramos meter en la bolsa. Depender de otros para alimentarse es humillante, como reconoce la mayoría de los que van a por su ración de comida a los puntos de reparto. Habitualmente contribuye a la cronificación de esa dependencia.

Todas las personas queremos poder vivir de nuestro propio trabajo, poder acceder a alimentos, a vivienda, a la salud… por nuestros propios medios. Esta es la clave, éste es el “algo que está fallando”. Vivimos en una sociedad en la que el trabajo es cada vez más precario, más temporal, con menos derechos. Una sociedad en la que más del 14% de los trabajadores (a veces deslomándose en horarios interminables) son pobres. Una sociedad que genera desigualdad, pobreza y exclusión a marchas forzadas.

Por ello, si queremos ser “solidarios, pero con todas las letras”, como se pide en el lema de la recogida de este año, debemos transformar el asistencialismo en lucha por la justicia, contra las causas que provocan tanto sufrimiento. Debemos emplear nuestra buena intención, nuestra necesidad de acallar la conciencia (ante las fiestas del derroche, del consumismo compulsivo), en trabajar por una sociedad más justa, que haga cada vez menos necesarias estas grandes recogidas de alimentos (que además benefician principalmente a las grandes superficies comerciales).

¿Imaginas que por cada kilo de producto que entreguemos al Banco de Alimentos enviáramos un mensaje por las redes sociales, o a la prensa local, pidiendo a nuestros alcaldes, consejeros, ministros o partidos que se dediquen con todo su esfuerzo  a generar las condiciones para que no haya que dar por caridad lo que debe exigirse por justicia?

¿Imaginas 21 millones de mensajes #NoxCaridadSíxJusticia?

Grupo de trabajo por la desaparición del hambre – Partido SAIn