Las multinacionales globalizan paro y esclavitud infantil

El sistema de dominación que promulgan las multinacionales es dinámico, se basa en la explotación del trabajo y en la especulación y está conduciendo a una sociedad dual en la que una minoría controla los órganos fundamentales del sistema imperialista y la mayoría sufre explotación.

Las grandes empresas transnacionales tienen a su servicio la estructura política internacional y a los gobiernos de los países.

No podemos dejar de criticar cómo el derecho internacional protege los intereses de estas empresas y hasta sus “expectativas de ganancia”.

A las denuncias que han sufrido por sus prácticas abusivas han respondido estableciendo normas de responsabilidad social corporativa que son un parapeto que, en muchos casos, oculta la esclavitud a la que someten a los trabajadores. Es preciso denunciar el hecho de que las multinacionales ponen todo al servicio del capital y generan una economía contra las personas.

La característica que define a las multinacionales es la insolidaridad, así como su capacidad para poner en marcha una potente maquinaria de propaganda y de sometimiento de los trabajadores. Las subvenciones públicas son pieza fundamental de sus beneficios, por eso sigue siendo un criterio importante en el asentamiento en los distintos países.

Lucha solidaria: en la mayor parte de los países enriquecidos como el nuestro, los sindicatos han traicionado a trabajadores y parados; sin embargo, en muchos lugares del mundo, estas grandes empresas están siendo enfrentadas por organizaciones de trabajadores explotados.

Hoy más que nunca necesitamos recoger esos testimonios de lucha no violenta y solidaria que parten del protagonismo de los explotados y de la lucha asociada que hacen frente al inmenso poder de las multinacionales. ¡Recuperemos la fuerza de la asociación y del trabajo!

La solidaridad está sembrada en el corazón de todo ser humano y es lo que sostiene la vida social y lo que conduce la historia. «¡Unámonos a esta lucha y entreguemos la vida en ella!’