Fronteras internas y externas en el 2020

Venimos de momentos de dificultades, de cierres perimetrales, con angustia por no poder desplazarnos, de confinamientos domiciliarios, de ERTE y desempleo… Esto, que para muchos es nuevo, es lo que vienen sufriendo las personas migrantes desde hace años.

Somos testigos de un recorrido que realizan, cada vez más largo y tortuoso. En buena parte por las políticas migratorias del actual gobierno de PSOE y UP. Un gobierno que se dice progresista o de izquierda, que toma decisiones difíciles de diferenciar de las que han venido tomando los años anteriores el PP.

Marruecos es la gendarmería norteafricana apoyada por nuestro país, que actualmente tiene cerrada la vía del Estrecho, y provoca el cambio a otra mucho más mortífera y larga como es la del viaje de África a Canarias con consecuencias devastadoras. Hemos sido testigos con la jornada de luto en Senegal, por unos fallecimientos en el mar que actualmente superan las 600 personas. Un viaje que puede llegar a alcanzar los 1.500 kilómetros en el mar en un miserable cayuco.

Se proyectan siete grandes campamentos temporales de inmigrantes en Canarias, tras las imágenes de hacinamiento de miles de inmigrantes en el muelle de Arguineguín. Es una política insolidaria para que esta acogida no tenga lugar de forma repartida entre diferentes comunidades autónomas.

Ya se ha conocido el primer vuelo desde España a Mauritania de deportación de inmigrantes desde el inicio de la pandemia, sin observadores independientes y sin garantizar el derecho a solicitar asilo. Tras ello, también la Ministra de Exteriores acudió a Senegal para reactivar las repatriaciones, sumando efectivos de vigilancia de la Guardia Civil. No era para conseguir unos acuerdos comerciales para establecer unas relaciones económicas justas, ni para colaborar a que no se vean obligados a emigrar de sus países, ni para humanizar las fronteras. Las soluciones de nuestro gobierno pasan por mayor vigilancia, mayor persecución del migrante, tanto en nuestro país como externalizando nuestras fronteras en los países africanos.

Unas fronteras que, en cambio crecen con la nueva valla de Melilla: más altura y más separación con una nueva estructura de más de diez metros de altura, formada por barrotes y placas metálicas, coronada por un cilindro “antitrepado”. Un nuevo muro de hasta diez metros de altura, un 30% mayor que la valla anterior. Para quién supere todo tipo de adversidades quedarán las devoluciones en caliente en la frontera, además amparadas ahora por el Tribunal Constitucional a pesar de saber que es una práctica que se realiza sin la más mínima garantía jurídica y totalmente ajena a los Derechos Humanos.

Dentro de nuestro país, el sufrimiento tiene rostro en los más débiles, desde las situaciones de paro que ni siquiera engrosa las listas oficiales porque se les considera “ilegales”, quienes realizan los trabajos más precarios, los que habitan en las viviendas más insalubres sufriendo desestructuración por la falta de reagrupamiento de las familias, o les toca dormir en la calle a los temporeros que vienen a trabajar nuestros campos. Incluso el PIB del sector agrario es el único que ha crecido durante la pandemia, a costa sobre todo de la precariedad de los migrantes. En Canarias también hemos sido testigos de cómo los niños son separados de sus madres hasta dos meses por una situación administrativa, eso que hemos visto tan deplorable en otras fronteras.

No podemos dejar de mirar las causas de por qué en muchos países se ven obligados a emigrar, precisamente por las decisiones políticas y económicas de los países y empresas de la Unión Europea. Valga como ejemplo, la situación en Senegal un país acosado por los planes de ajuste del FMI obligados a tener una dependencia alimentaria de los productos comprados a la UE, creciendo el hambre en un país dónde se ha desmantelado la pesca tradicional que suponía un 17% del empleo de su país, permitiendo la entrada de la flota pesquera europea en sus caladeros.

Frente a estas situaciones sabemos que es necesaria una respuesta política solidaria. Para dar respuesta a las causas de quienes se ven obligados a emigrar de su país, para humanizar las fronteras y para dar una acogida digna. Desde el Partido SAIn hemos realizado diversas propuestas que siguen siendo vigentes y necesarias a día de hoy. Las dejamos en este enlace.

Migraciones – Partido SAIn.