Presentada demanda en un caso de producción de algodón
La Coalición para la campaña del Algodón, el Foro uzbeko-germano de derechos humanos, el foro internacional de derechos laborales y el observatorio de derechos humanos (Human Rights Watch) anunciaron hoy (anunciaron el pasado 6 de julio) que una víctima del trabajo forzoso en la producción de algodón y tres defensores uzbekos de derechos humanos habían presentado una denuncia contra departamento de préstamos privados del Banco Mundial el 30 de junio de 2016.
La denuncia contra Corporación Financiera Internacional (CFI) fue representada con la Oficina del Ombudsman y Asesor en Materia de Observancia, unidad autónoma de rendición de cuentas, adscrita al IFC. Se solicita una investigación sobre el trabajo forzoso relacionado con un préstamo de 40 millones de dólares concedido a Indorama Kokanda textil, que opera en Uzbekistán. La víctima del trabajo forzoso, que pidió confidencialidad, y los defensores de los derechos Dmitry Tikhonov, Elena Urlaeva, y un tercero que pidió confidencialidad, presentaron pruebas de que el préstamo para ampliar en Uzbekistán la fabricación de artículos de algodón de la empresa, le permite sacar provecho de trabajo forzoso y vender mercancías ilícitas.
«La CFI debe apoyar el desarrollo rural sostenible en Uzbekistán, no proyectos que perpetúan sistema de trabajo forzoso del gobierno en la producción de algodón», dijo Tikhonov, que huyó de las represalias oficiales por su defensa de los derechos humanos y se encuentra en el exilio en Francia. «El Ombudsman debe investigar el préstamo de la CFI para Indorama, que creemos que viola el derecho internacional y las propias políticas de la CFI que prohíben el trabajo forzoso.»
El préstamo de la CFI a Indorama es el último en el creciente apoyo del Banco Mundial al coactivo sistema de algodón de Uzbekistán, que asciende a más de 500 millones de dólares. La demanda también hace temer que el apoyo de la IFC para los bancos del país no se dirige hacia el papel de la banca en el apoyo de sistema de trabajo forzoso del gobierno.
El Banco Mundial aprobó el préstamo en diciembre de 2015, a pesar de un informe de la Organización Internacional del Trabajo reafirmando el problema del trabajo forzoso y la oposición al préstamo de Estados Unidos, debido al » trabajo forzoso en el sector del algodón». La semana pasada, el gobierno de los EE.UU. otorgó al gobierno de Uzbekistán la posición más bajo posible en su Informe anual sobre Trata de Personas, declarando que «el trabajo forzoso de adultos, impuesto por el gobierno, sigue siendo algo endémico durante la cosecha anual de algodón».
El gobierno uzbeko controla toda la producción y las ventas de algodón del país. Los funcionarios obligan a los agricultores cada año a cultivar la cosecha nacional de algodón y, posteriormente, obligan a más de un millón de ciudadanos a recoger la cosecha, todo esto bajo la amenaza de sanciones. Aunque que la presión internacional llevó al gobierno a reducir significativamente el trabajo infantil forzoso en 2014, desde entonces, las autoridades han aumentado el trabajo forzoso de los adultos. El gobierno no ha abordado las causas profundas del trabajo forzoso, incluidos los corruptos incentivos financieros para los funcionarios para que utilicen la coacción y la represión hacia los ciudadanos que denuncian abusos laborales.
Para Indorama y otros procesadores de algodón en Uzbekistán, la única fuente de producción de algodón es el sistema de trabajo forzoso del gobierno. La demanda dice que los productos de Indorama y otras compañías de procesado de algodón de Uzbekistán y las ventas de compañías internacionales están realizados con este trabajo forzoso.
«Hasta que el gobierno uzbeco no deje de usar la coacción y el trabajo forzoso, las empresas que hacen negocios en la industria algodonera de Uzbekistán, como Indorama, no podrán cumplir con las normas fundamentales de derechos humanos o con las normas laborales de la CFI» dijo Urlaeva, el líder electo de la Alianza de Derechos Humanos de Uzbekistán.
La negativa del gobierno uzbeko de la libertad de asociación y la represión a los observadores de derechos humanos le permite funcionar con este sistema de trabajo forzoso. Durante el último año, los funcionarios respondieron brutalmente contra Tikhonov, Urlaeva y otros defensores de los derechos por presentar informes sobre el trabajo forzoso. La policía detuvo, golpeó y presentó cargos de «conducta desordenada» contra de Tikhonov y, ese mismo día, la oficina de su casa fue destruida por un incendio provocado, finalmente se vio obligado a huir del país. Las autoridades han detenido cinco veces a Urlaeva y en dos ocasiones ha sido objeto de registros exhaustivos. En este clima de miedo, sólo una de las víctimas del trabajo forzoso se ha atrevido a firmar una queja a la CFI y sólo de forma anónima.
«El préstamo de la CFI a Indorama introduce nuevos incentivos para el gobierno uzbeko para tratar de silenciar a los ciudadanos que hablan en defensa de sus derechos», dijo Umida Niyazova, directora del Foro uzbeko-germano de Derechos Humanos. «¿Por qué los fondos públicos deberían beneficiar a Indorama a expensas de las víctimas de la represión y el trabajo forzoso?»
En Uzbekistán, los ingresos por la venta de algodón para los procesadores de algodón como Indorama desaparecen dentro de una cuenta secreta conocida como la «Selkhozfond» (Fondo Agrícola), que se encuentra en el Ministerio de Finanzas. El Selkhozfond es una cuenta completamente opaca, que no está incluida en el presupuesto del Estado. Sólo los funcionarios gubernamentales del nivel más elevado tienen acceso al fondo y el conocimiento de su uso.
«Este préstamo expone a una mayor estimulación de la corrupción en sus niveles más elevados en Uzbekistán», dijo Brian Campbell, asesor jurídico de la Campaña de algodón. «El Grupo del Banco Mundial debería ayudar a luchar contra la corrupción en la industria, en lugar de invertir más dinero en ella.»
La Campaña de algodón es una coalición mundial de organizaciones de derechos humanos, trabajo, inversión y negocios, dedicadas a la erradicación del trabajo infantil y el trabajo forzoso en la producción de algodón.
«La IFC está sentando un peligroso precedente mediante la financiación de una empresa que, conscientemente, procesa algodón con trabajo forzoso», dijo Jessica Evans , investigadora principal y defensora ante instituciones financieras internacionales del Observatorio de Derechos Humanos (Human Rights Watch). «El Banco Mundial debería darse cuenta de que no puede terminar con el uso del trabajo forzoso en Uzbekistán incumpliendo sus compromisos laborales e invirtiendo en la industria más abusiva del país.»
Fuente: HRW