Una nueva etapa en el camino

El SAIn decide iniciar un proceso de refundación.

Hace unos días hemos celebrado la asamblea nacional anual del partido SAIn en estos tiempos marcados por la pandemia y sindemia del coronavirus. Hemos culminado un proceso de revisión que empezó meses antes de que se propagase este virus. Un virus que ha manifestado una vez más la desigualdad y la injusticia mundial y también ha acelerado y puesto en primer plano ante todos la vulnerabilidad de nuestras sociedades. Simultáneamente, en su seno hemos visto personas, grupos, entidades que siguen buscando servir a los demás desde la solidaridad.

En ese proceso de revisión hemos tenido en cuenta, con sinceridad y diálogo fraterno, nuestra historia, el análisis de la sociedad española y mundial, nuestros aciertos y nuestros errores. En el año 2004 más de un centenar de militantes de toda España decidíamos lanzar este partido político para servir al bien común en el terreno de la política institucional. Y teníamos claro que queríamos hacer solidaridad desde la política, porque entendemos que la política es un acto de amor a los demás, una forma de hacer posible lo necesario en el terreno donde se toman las decisiones que fijan el rumbo de nuestras sociedades.

Apenas teníamos experiencia en ese terreno, pero nos lanzamos a ello con entusiasmo. Grandes principios e ideas por los que merecía la pena dar tiempo y dinero. Porque teníamos claro que íbamos a la política a perder personalmente, no a conquistar puestos, cargos, sillones, prebendas. Queríamos demostrar que era posible combatir la corrupción, el sectarismo, la ideologización y construir un partido sobre un triple eje: la solidaridad como compartir hasta lo necesarios para vivir, la autogestión como auténtica democracia y el internacionalismo como conciencia de que todos los problemas del mundo están interrelacionados y que debemos dar una respuesta entre todos. Por eso, los objetivos a largo plazo eran acabar con los grandes problemas de la humanidad: el hambre, el paro, la esclavitud infantil. Y lo desarrollamos en un programa amplio de diez puntos junto a otras cuestiones claves y coherentes con esos principios centrados en la dignidad inalienable de la persona.

En aquel 2004, lanzar un partido nuevo parecía inviable frente al muro del bipartidismo más el lastre de los partidos nacionalistas que muchas veces se convertían en decisivos. Sin embargo, en los años posteriores se lanzaron muchos partidos que tuvieron su momento de rápido esplendor, pero también rápidas caídas: Ciudadanos en Cataluña en 2004 y UPyD en 2007 fueron los primeros. En 2014 Ciudadanos se extiende a toda España y nacen Podemos y Vox. Ahora podría volver una tendencia al bipartidismo y la concentración del voto por una situación en que el debate político se ha simplificado de nuevo en posturas populistas a derecha e izquierda del espectro partidista, con nacionalismos aún más excluyentes, y centralismos más uniformizados. Los fantasmas del mal menor y del voto útil empobrecen el debate y las propuestas una vez más.

Nuestro partido no ha alcanzado desde luego la popularidad de esos nuevos partidos. Hemos visto cómo ciertamente es difícil hacerse hueco en un panorama donde dominan los que tienen acceso a medios de comunicación de masas y fuerte financiación. Nosotros hemos querido y queremos construir un partido desde abajo, pero evidentemente en estos años no lo hemos conseguido. Por diversos factores, tanto externos –como algunos de los que acabamos de exponer– como internos. En ese proceso profundo de revisión hemos diagnosticado entre los internos la dificultad para concretar los principios en propuestas operativas (aunque en estos años hemos ido avanzando en desarrollarlas) y fallos o carencias en la estrategia de comunicación de usar una imagen y un lenguaje accesible y comprensible. También en caer demasiado en la dinámica electoral presentándonos donde teníamos un mínimo de implantación a casi todas las convocatorias electorales (generales, autonómicas, municipales, europeas…) para tener visibilidad pero que por el contrario causa un gran desgaste y a la larga desanima al potencial votante si no se esperan resultados tangibles. Hemos constatado que, sin una base social amplia, y una incorporación de afiliados y militantes el proceso en vez de creciente es menguante. Pero también en estos años, hemos creado lazos con realidades populares nacionales e internacionales que comparten principios y estilo que merece la pena reforzar y consolidar. Vemos indudablemente que hay necesidad y sed de otra forma de hacer política, y personas que no se resignan a conformarse con lo menos malo o con que no ganen “los otros”. Nuestra propuesta ha sido un respiro para muchas personas que han mantenido su apoyo y su voto con la conciencia de que por encima de los resultados inmediatos están los procesos para crear algo nuevo.

En la última asamblea nacional, hemos decidido cerrar una etapa del partido SAIn y abrir un proceso de refundación para que los militantes que lo deseen y nuevas personas que se incorporen a esta tarea puedan construir, sobre los principios fundacionales y la experiencia acumulada en estos años, una nueva propuesta política que estamos seguros de que es necesaria y que puede llegar a cuajar si nos entregamos a fondo perdido.

Os animamos a seguir trabajando por el servicio y el bien común y a construir una política solidaria. Todos los que sintáis esta llamada, sois bienvenidos.