Este viernes las Naciones Unidas han informado de un hecho increíble como indignante: el Gobierno de Sudán del Sur, en una decisión inaceptable y espantosa, acaba de autorizar a los soldados de su ejército y a las milicias pro-gubernamentales, a violar a las mujeres en compensación de sus salarios. A pesar de los Acuerdos de Paz recién firmados, el gobierno del presidente Salva Kiir Mayardid, con esta pavorosa medida, se pone al margen del derecho internacional humanitario y se convierte en pasible de ser acusado de genocida y criminal de guerra.
Esta increíble decisión, involucraría al gobierno sursudanés en crímenes de lesa humanidad: «Con esta medida inaceptable, la situación de los derechos humanos en Sudán del Sur se convertiría de ya en la más horribles en el mundo«, lo declaró conmovido Zeid Ra’ad Al Hussein, el Alto Comisionado de las NN.UU para los Derechos Humanos. Desde el comienzo del conflicto en el año 2013, los civiles en Sudán del Sur han sido asesinados, quemados, castrados, ahorcados, ahogados, asfixiados o están condenados a morir de hambre. Sus cuerpos han sido abandonados o hacinados en fosas comunes.
El total de muertos podría aproximarse a los 300.000, según cifras de los trabajadores humanitarios y 6,1 millones de personas tienen una necesidad urgente de ayuda alimentaria; 15.000 niños-soldados fueron asimilados a la fuerza a los bandos en pugna; 200.000 civiles viven en insalubres campamentos de desplazados instalados pobremente por las Naciones Unidas y se han reportado más de 800 mil casos de violaciones a mujeres y niñas.
Las violaciones masivas «sugieren que su uso en el conflicto se ha convertido en una práctica habitual por los soldados del Gobierno y las milicias armadas afines«, señala el informe del organismo internacional. Además, la denuncia precisa que grupos de milicianos aliados del Gobierno en lugar de percibir salarios tendrían permitido violar mujeres. Esa sería su macabra retribución.