Tiempo perdido. Nuevas elecciones sin #votoigual

El próximo 26 de mayo habrá elecciones Europeas, Municipales y Autonómicas. La convocatoria de dichas elecciones se realizará a finales de marzo, lo cual deja apenas dos meses y eso significa ya prácticamente no hay tiempo para una reforma electoral que permita que esas elecciones se realicen en igualdad de condiciones para las candidaturas en la campaña y reparto de escaños, y para los ciudadanos a la hora de votar.

Tras tres años de buenas palabras por parte de los partidos, tras tres años de acuerdos que obligaban a PP y a PSOE a una reforma de la ley electoral para conseguir un voto igual, tras tres años de comisión parlamentaria (pagada con buenos complementos económicos a todos sus componentes) no se ha avanzado nada. Ha sido un tiempo perdido:

  • Para poder presentarse a las elecciones europeas se requerirá una nueva recogida de firmas a las candidaturas. Recogida que se produce sin ningún tipo de publicidad ni soporte institucional y cuya exigencia se repite en convocatorias de elecciones generales y en el caso de Cataluña también en elecciones autonómicas. La absurda repetición de la exigencia en cada convocatoria es un desgaste para las candidaturas más modestas, que son las que, ya de por sí, tienen más complicaciones para presentarse a unas elecciones.
  • Sigue sin implantarse un portal web institucional en el que los ciudadanos puedan ver, de una fuente oficial y de fácil consulta y acceso, las candidaturas que se presentan a las elecciones, lo que les obliga a limitarse a la «información» sesgada que se emite en los medios de comunicación, que además no es igual para todos los candidatos.
  • Los ciudadanos seguiremos recibiendo cuatro, cinco o seis sobres por cada persona mayor de edad que viva en la vivienda con publicidad electoral de sólo de algunos candidatos, pagada con el dinero de todos, en lugar de recibir un único sobre informativo con información de todas las candidaturas que se presentan a las elecciones.
  • Una vez más, no se seguirá la recomendación de la OSCE de imponer el uso de cabinas para asegurar el voto libre y secreto.
  • Los ciudadanos expatriados, esos que se han tenido que ir del país ante una nefasta gestión de nuestros representantes, que desearían volver y que desean seguir participando en nuestras elecciones, seguirán teniendo que hacer una yincana para intentar conseguir que su voto cuente, y aun así muchos no lo conseguirán.
  • Es probable que los datos de los resultados por mesas se publiquen, como se viene haciendo casi siempre en los últimos años, pero seguirá sin haber una ley que obligue a ello, y se seguirán publicando en un formato complejo y no en un formato que sea legible para todos los ciudadanos con el fin de que cada uno de ellos pueda comparar el acta del recuento en su mesa con la contabilización real del voto.
  • Si nada cambia, estas serán las últimas elecciones europeas en las que el reparto de escaños se realice de forma igual para todos, ya que la directiva europea obligará a España a incluir un límite electoral del 2 al 5%. En todas las elecciones Autonómicas seguirá existiendo esa barrera. En las municipales esa barrera será del 5%.
  • El voto en blanco seguirá siendo un voto de segunda categoría, un voto trampa, que computará como voto válido, pero al que no se le asignará ningún valor representativo. Se seguirán ocupando todos los escaños, aunque una mayoría de ciudadanos voten que no quieren a ninguno de los candidatos.
  • Los ciudadanos tendrán que seguir votando a listas cerradas de partidos, sin poder vetar o promocionar a ninguno de sus componentes, quedando restringidos a lo que decida el cabeza del partido y limitando, por tanto, la representatividad.
  • Aunque en europeas y municipales el voto proporcional está asegurado, al ser cada una de ellas elecciones realizadas en una sola circunscripción, en algunas autonomías seguirá habiendo una separación por circunscripciones provinciales e insulares sin ningún sistema de compensación de escaños, por lo que, en esas autonomías, el voto de unos ciudadanos valdrá más que el de otros.
  • Y todo esto si no se convocan elecciones anticipadas al Congreso y al Senado, en cuyo caso todas estas injusticias serán aun mayores con el sistema de cuatro candidatos de elección directa al Senado y 52 circunscripciones sin compensación de escaños en el Congreso.

Los únicos punto positivo es que la aprobación que se produjo en octubre para garantizar el voto de las personas con discapacidad, y las modificaciones de algunas regulaciones autonómicas que mejorarán la proporcionalidad de voto y evitarán que el tercer partido en votos sea el primer partido en escaños como pasó en Canarias en las últimas elecciones.

Invitamos a toda la ciudadanía a estudiar cuales de estas propuestas para conseguir un voto igual incluyen los distintos partidos en sus programas para las próximas elecciones y que tengan en cuenta esa información a la hora de emitir su voto. De aquí a las elecciones nos comprometemos a informar de sus propuestas en ese sentido.