Tarajal II, la renovación del “comercio atípico”

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Fotografía de © Ester Medina

La apertura de un nuevo paso en Ceuta para sustituir al de Biutz ha entrado en funcionamiento a finales de febrero, trasladándose a una zona más cercana al paso fronterizo de toda la vida.

No se trata de una aduana comercial, de ahí el nombre de “comercio atípico” con el que se le designa, ya que no es políticamente correcto hablar de contrabando tolerado. El régimen fiscal especial de las ciudades de Ceuta y Melilla garantiza importantes rebajas impositivas y permite la importación de productos con unos aranceles inferiores a los de la Unión Europa al mismo tiempo que deja a los ciudadanos marroquíes vender esos productos.

El lunes 27 de febrero se abrió este nuevo paso con 4.500 porteadores, que al día siguiente ya eran 7.000 y el miércoles 10.000, multiplicándose por dos el número de porteadores diarios gente que no eran porteadores habituales. Hasta ahora la mayoría eran en su mayoría mujeres, que cruzaban cada día la frontera entre España y Marruecos cargadas de pesados fardos, de hasta 70 kilos, a veces más que su propio peso.
Esta situación siempre ha estado sostenida sostiene también gracias a una disputa geopolítica: Marruecos no reconoce como frontera comercial el paso de Ceuta. Así que lo que en otro lugar transportarían los camiones, aquí lo cargan miles de mujeres que marchan en hilera y se desloman cada día ejerciendo el contrabando tolerado.
El día de la apertura de este nuevo paso, más de 100 profesionales de Policía Nacional, Guardia Civil, Policía Local y vigilancia privada que se repartieron las funciones en toda la zona del Tarajal II, así como en las cercanías, al igual que en el mismo Tarajal I.
Esta nueva ubicación coincide con un acuerdo diplomático entre los gobiernos español y marroquí, por el cual Madrid apoyará a Rabat en su actual crisis con la Unión Europea a cambio de la promesa de Marruecos de controlar estrechamente las fronteras de Ceuta y Melilla. Según el diario Al Massae, un responsable español “prometió” al ministerio de Exteriores marroquí que España “hará todo lo posible por defender los intereses marroquíes ante la UE con respecto al acuerdo agrícola a cambio de preservar la colaboración policial con los aparatos de seguridad española”.
Esta corrupción legalizada entre los gobiernos “hermanos” de Marruecos y España reporta 1.400 millones de euros anuales (1.800 millones de dólares) en los dos lados de la frontera y supone un tercio de la economía de las dos ciudades autónomas españolas.

María Pacheco