¿Proponer la adopción a las madres empobrecidas a quién favorece?

Llegan tiempos de campaña electoral y los cuchillos empiezan a volar: medidas electoralistas, manipulación de lo que dice el adversario político, sentimentalismo… Todo menos un tiempo para el buen debate, el diálogo y la reflexión.

Hace aproximadamente 5 años, una mujer migrante recién parida (parece que dio a luz en su casa pero quien sabe… pensé incluso que podía haber sido en un prostíbulo) fue al hospital donde yo trabajaba y dejó una mochilita bien almohadillada en uno de los controles de enfermería. Con su hijo dentro. Trató de salir del hospital sin que nadie la viera. Tuve ocasión de hablar con ella. Otra madre iberoamericana parió en otro hospital donde también trabajé en otra ciudad diferente de España. Quiso dar a su hijo en adopción… se arrepintió al día siguiente y finalmente se quedó con él. La que no revocó su decisión de entregar al hijo fue otra mujer migrante prostituida a la que atendí en su parto. Sólo quien  ha escuchado mínimamente esta realidad sabe  que la adopción no es un deseo de los padres (lo contrario de lo que afirma el Instituto Madrileño de la Familia acerca del programa “no me dejes en la calle” [1]) sino un auténtico drama. Estas mujeres quisieran cuidar y educar a sus  hijos… si tuvieran los apoyos necesarios. Es evidente que hay recursos asistenciales (asociaciones que dan pañales, ropa, y apoyo humano, que dan asesoramiento legal, y programas de formación, que dan y dan, y dan…..) y este tipo de asociaciones lo que necesitan es dejar de existir poco a poco, porque las medidas políticas las hagan innecesarias.

¿Es respuesta política adecuada para estas mujeres migrantes el programa de la Comunidad de Madrid antes mencionado? Parece ser que, al margen del ruido mediático y de sus adversarios políticos, el Partido Popular propone algo similar a dicho programa. Que cualquier madre, incluso migrante y sin papeles, pueda entregar al hijo en adopción de modo confidencial, sin miedo a que se descubra su situación irregular.

Se comprende que una mujer migrante sin papeles tenga miedo a entregar a su hijo en adopción por si esto provoca que la identifiquen y la deporten. Tienen miedo las mujeres migrantes embarazadas, que teniendo derecho a la asistencia sanitaria no acuden a ella. Como lo tienen las mujeres migrantes prostituidas para escapar de este negocio criminal y denunciar a los proxenetas… Y es que la condición de “sin papeles” es el punto clave para poder explotarlas sexual y/o laboralmente… y la razón por la que deciden entregar a sus hijos.

Que un hijo sea separado de su madre al nacer es un hecho grave que provoca dolor a ambos. También daña al padre separarse de su hijo. Por tanto, lo primero que cabe preguntarse es ¿Por qué una madre llega a esta decisión?  Si es porque no puede hacerse cargo de sus cuidados, porque está explotada, porque tiene miedo a ser deportada, porque no tiene red social… evidentemente está presionada, coaccionada, privada de libertad. Lo único decente, lo humano, lo eficaz para el bien de esa madre y el bien común no es conseguir que entregue al hijo “sin miedo” a ser identificada sino impedir que se vean empujados a separarse y hacer posible que puedan vivir dignamente en familia.

¿La entrega de estos niños en adopción a quién favorece?  Quizá a las familias que desean adoptar un bebé en España, o a la burocracia del sistema de adopciones, o a nuestros intereses demográficos… Pero no a la mujer migrante empobrecida, ni a su pareja y ni a su familia. Ni sirve para evitar que aborten[2] ni va a favor de SU maternidad, de SU familia, de SU libertad. No es una medida de protección al bebé. La psicología perinatal y la neonatología siguen aportando evidencias de lo dañino que es para un recién nacido separarse de su madre. Y cuanto más larga es esta separación, más daño.

¿Por qué entonces el Partido Popular de Pablo Casado no propone algunas medidas políticas que realmente sean solidarias y humanas con las mujeres inmigrantes, tal como es su deseo expresado?

Me atrevo a proponerle una medida sencilla y asumible. No le propongo legislar a favor del derecho a la libre circulación de las personas entre países, o la eliminación de los sistemas de control de fronteras, o de un salario justo… A eso habrá que llegar. Pero puede empezar a destrabar las condiciones para solicitar la residencia temporal por arraigo familiar. Permita la nacionalidad española a todos los hijos de migrantes nacidos en España (para que sus padres puedan solicitar el arraigo familiar). Actualmente son varios los países que conceden la nacionalidad automática a cualquiera que haya nacido dentro de sus límites. A Trump se le ha criticado por plantear abolir este derecho en EEUU, pero en España, el decreto que establecía las condiciones para solicitar el arraigo familiar fue aprobado en el 2011 y nacía con un gran impedimento propuesto por el PSOE: la necesidad de que el hijo tuviera la nacionalidad española (que en España no se obtiene por nacimiento en nuestro suelo).

Se trata de resolver problemas para que puedan ejercer sus derechos y deberes como familia.

Las verdaderas medidas de protección de la maternidad y la familia pasan por políticas laborales que garanticen trabajo y vivienda dignos, y políticas que no conviertan a las personas en “sin papeles”.

[1] Programa nacido en 2009 que “tiene por finalidad  evitar el abandono de bebés y ayudar a las madres que deseen renunciar al cuidado de sus hijos, a que lo hagan de una forma responsable y con las máximas garantías jurídicas y de seguridad tanto para ella como para los menores”. (del documento “Memorias de actividades (2013)” del Instituto Madrileño de la familia y el menor. P.35 )

[2] También  el PP promueve  la adopción como  solución para bajar las cifras de abortos. Las tasas de abortos en mujeres migrantes reveladas en algunos estudios de investigación son entre 3 y 11 veces superior a la mujer española, siendo las que más lo rechazan en las encuestas de opinión.

 

Manuela Contreras
Matrona