La foto es de un usuario del Albergue Municipal de Santa Cruz de Tenerife que protestaba hace unos meses por la mala calidad de la comida y nos mostraba como tiraban los panes que sobraban a la basura pero se los negaban a ellos cuando pedían algo de comida. Esos mismos panes, dos panes, son los que se llevó Yurena, la trabajadora despedida, junto con unas lonchas de queso, para sus hijos. Sus dos panes irían a la basura seguramente también. Ella se los llevó, los salvó de la basura, por eso la despidieron. Sobran los comentarios, esto es lo que hay en Santa Cruz con las empresas privadas que trabajan con el Ayuntamiento.
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