El 1º de Mayo nació con el sacrificio de obreros mártires por la justicia. En un mundo de opresión y explotación es un deber no traicionar aquella memoria.
Hoy es más necesario que nunca construir una fuerza motora que haga respetar los valores del trabajo: la mayoría de los salarios del mundo son de hambre, hay más de 400 millones de niños esclavos trabajando en condiciones de espanto, las multinacionales modelan un mundo de esclavos, etc.
Igualmente en nuestro país es necesaria la fuerza de la solidaridad del trabajo. Caminamos con paso firme hacia los siete millones de parados y nuestra legislación laboral ya recuerda a la del siglo XIX en la que el patrono podía imponer las condiciones a sus trabajadores de uno en uno.
Mientras, nuestro gobierno hace publicidad de nuestro país a los inversores internacionales anunciando la marca España como un paraíso de turismo, casinos, precariedad laboral y salarios bajos. El resultado lo tenemos ahí: estamos en el precipicio del colapso social con más de seis millones de parados.
Y frente a esto, ¿qué programa tienen CCOO y UGT?
No pasan de tristes reivindicaciones como las de las ayudas y subsidios a los parados. Hace tiempo que renunciaron a luchar por el pleno empleo y no han dado explicaciones de ello, como tampoco nos explica CC.OO, su triste papel en el desastre de Bankia.
La sociedad tecnológica y la globalización exigen militancia y solidaridad internacional. Algo de lo que los altavoces oficiales del 1 de Mayo no quieren oír ni hablar, pero que el SAIn les va a recordar de forma permanente. La estrategia frente al imperialismo no puede ser la del sálvese quien pueda de la concertación de cada trabajador, empresa, comunidad autónoma o país aislado.
Hay que pasar del sindicalismo-oficina burocrática de asuntos laborales al sindicalismo de la solidaridad. Solo así el trabajo podrá salir de la espiral de una economía protagonizada por los grandes grupos financieros transnacionales para los que el trabajo no es más que un coste que se puede bajar a cero.
El 1 ° de Mayo es el día de la dignidad del trabajo y, como la historia nos ha enseñado, sin luchar esa dignidad va a seguir siendo pisoteada.