Jose Ángel Fernández Villa, líder absoluto durante más de 30 años del SOMA (sindicato minero de Asturias de la UGT) está siendo investigado por la Agencia Tributaria. Con la amnistía fiscal de Montoro regularizó 1,4 millones de euros. La fiscalía no sabe de dónde salió ese dinero.
Para no perder el tiempo en explicaciones sobre el caso, se pueden consultar la noticia en este enlace, y un resumen de la situación en Asturias en estos últimos años: aquí un breve resumen, y aquí otro.
En el boxeo siempre se ha sospechado que unos púgiles se dejaban ganar, amaños de apuestas, etc, pero que el campeón del mundo no se compraba. En Asturias pasaba igual, podía haber corrupción en el SOMA, en los Ayuntamientos de la cuenca minera, en el PSOE… pero Villa no. Pues si. Villa, también.
No podía ser de otra forma: “el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente”. Y Villa ha tenido mucho poder durante mucho tiempo. Y muchos otros que se beneficiaron de esta situación. Y muchos otros que callaron ante esta situación.
Y por supuesto, ahora tocan el asombro y los balones fuera:
Javier Fernández, secretario general de la FSA (gracias al dedo de Villa) y presidente del Principado de Asturias: “Ni el sindicato minero, ni la Federación Socialista, ni los mineros, ni los asturianos nos merecíamos esto”. Pues sí, y además por ese orden. ¿Quién le votó secretario general del SOMA durante 34 años? ¿Quién le puso en las listas de la FSA en la Junta? ¿Quién le puso de Senador?. ¿El voto no es libre? Pues si es libre, también es RESPONSABLE.
Durante 15 años se gastaron 4.500 millones de euros de los Fondos Mineros con un control “escaso”, por poner algo. Dinero que era para relanzar las comarcas mineras ante el cierre de pozos y que sirvió para hacer algunos jardines, rutas del colesterol, polideportivos inverosímiles, algunas obras faraónicas (macrogeriátricos y campus universitarios que no llegan al 30% de ocupación), comprar voluntades, votos, adhesiones inquebrantables… El Tribunal de Cuentas todavía está buscando partidas de más de 100 millones de los que nunca más se supo. De todo aquel dinero apenas se pueden citar un par de empresas que sigan trabajando y dando empleo.
Por cierto aquel dinero lo daba el Gobierno de España. Concretamente Alvarez Cascos, que tampoco pedía facturas de los gastos. Y que ahora quiere regenerar la vida política asturiana ¡y le seguimos dando cancha!.
Pues si. Parece que nos merecemos que nos pasen estas cosas.
Francisco Gómez del Castillo