Francia, en la guerra de Mali, defiende los intereses de sus multinacionales.

El presidente francés, el socialdemócrata, François Hollande es el responsable de la intervención francesa en Malí. Dice que para frenar la agresión terrorista, pero la verdad es que es una guerra para proteger los intereses de las multinacionales francesas en la zona.

Mali es un país con muchas riquezas, ya que posee importantes reservas de uranio. El yacimiento de Imouraren (el 2° mayor del mundo) se descubrió en 1966, pero el comienzo de la explotación está previsto en los próximos años. Además, es el 3° productor de oro de África, controlado por la británica Gold Fields y la francesa Bouygues.

En el norte de Níger, país vecino de Malí, la gigantesca multinacional Areva, de la que el Estado francés posee el 80%, opera en dos grandes minas de uranio. Francia es el país más nuclearizado del mundo, con 58 centrales que producen el 78% de la electricidad que produce. Necesita importar todo el uranio que consume y más del 30% proviene de Níger. Una de cada tres bombillas francesas funciona gracias al uranio nigerino.

Reino Unido, Alemania, Bélgica, España, Italia …. apoyan esta guerra.La Unión Europeaes una gran maquinaria de guerra en marcha contra los empobrecidos. Es el principal mercader de muerte en el mundo.La UE, que este año ha ganado el premio Nobel dela Paz, es paradójicamente el primer exportador de armamento del mundo. Un 7% de estas armas van a parar al continente más empobrecido del planeta, África.

El papel de los medios de comunicación social es vergonzoso, justificando la guerra con el terrorismo yihadista, con que Malí no es un modelo de democracia … y ocultando la verdad, ya que están al servicio de las mismas multinacionales que los financian. En España, El País, paradigma de la progresía y la socialdemocracia, ha defendido esta guerra y adamado al presidente francés como un liberador. Toda la socialdemocracia europea, el PSOE, IU … y todos lo que salieron a la calle con el ¡No a la guerra! con Irak, ahora callan. ¿Por qué?