Entre 5000 y 8000 porteadores, en su mayoría mujeres, cargadas de pesados fardos de hasta 70 kilos a veces más que su propio peso, cruzan cada día la frontera de España con Marruecos. Ellas no saben qué contienen. Las mercancías se almacenan en el polígono de El Tarajal. Las mujeres cobran cuando entregan el fardo en el lado marroquí, donde hay hombres con carretillas o vehículos esperando para transportarlo.
Esta corrupción legalizada entre los gobiernos “hermanos” de Marruecos y España reporta 1.400 millones de euros anuales (1.800 millones de dólares) en los dos lados de la frontera y supone un tercio de la economía de las dos ciudades autónomas españolas