En estos años se ha logrado por parte de la sociedad española un alto grado de conciencia crítica respecto de los sueldos y privilegios de políticos y banqueros. Hace diez años esto era impensable y los que hemos estado `en el ajo´ de ese camino nos alegramos.
En este camino ha habido que saber distinguir entre el salario del presidente del Gobierno y el `bien de España´ pues desde tiempos inmemoriales los de arriba eso han querido mezclarlo. Lo quiso Zapatero y lo quiso Franco, parecido. Los palcos, los coches oficiales etc… no pocas veces tienen como argumento que esas personas `representan´ a todas y deben ser tratados con dignidad.
Protestaríamos si la ministra de Fomento se negara a distinguir su sueldo del presupuesto de carreteras o si el ministro de Justicia justificara su sueldo en nombre de que los migrantes tengan abogado… Distinguimos –con razón- sueldos y otros gastos.
No distinguir lleva a confusión. Esta confusión la practican organismos variopintos con intereses inconfesables. Recuerdo por ejemplo el momento en que Unicef decidió esconder los sueldos de sus empleados entre los distintos proyectos y me pareció una jugada sucia. Había proyectos con gastos de personal desmesurados para poder pagar (hace aproximadamente quince o veinte años) 400.000 pts al mes de las de entonces a ciertos técnicos.
Hoy, los recortes en sanidad y educación están en la calle. En los que protestan echo en falta esta distinción entre salarios y otros gastos… ¿es sanidad el sueldo del gerente? ¿es sanidad que miles de médicos ganen más que Rajoy cuyo sueldo criticamos? ¿no es educación el sueldo del ministro y sí lo es el del gerente? ¿y el de liberado sindical? ¿y el de cada profesor? Tengo un amigo que me dice que su sueldo es inmoral… cerca de los dos mil euros…
En Sanidad y Educación no se debe recortar. Pero sueldos de médicos y profesores deben compararse con los del resto de la sociedad… y me parece que la mayoría de los españoles votaríamos a favor de bajada de esos sueldos.
Eugenio Rodríguez
antigonahoy@gmail.com