Como cantaban las coplas del ciego (que era el que mejor vista tenía) los Comuneros de Castilla, tienen que transformarse en los Comuneros de la Tierra, para evitar que sea una conmemoración lejana en el tiempo y pase a ser verdaderamente un símbolo de lucha de hoy y hacia el futuro. Sólo con una diferencia: que la lucha de hoy se haga desde la no violencia activa, de la que carecen muchos otros que dicen querer cambiar las cosas pero sólo ansían “ajusticiar” a los que hoy oprimen.
¡Hasta el año que viene en Villalar!