El lavado de cara de las multinacionales del textil y el calzado funciona

TextilEsta semana se ha publicado el Informe confeccionado por la Sección Internacional del sindicato Comisiones Obreras (China 2016, una nueva aproximación sindical) y en ella se constatan, a nuestro entender, tres grandes hechos.

En primer lugar, que las condiciones laborales siguen siendo de lo más deplorables a pesar del aumento en la entrega de migajas cada año a los trabajadores. En segundo lugar que con este tipo de acuerdos entre centrales sindicales y multinacionales explotadoras, el lavado de cara de estas empresas empieza a surtir efecto en el imaginario colectivo de los consumidores. Y en tercer lugar, que la esclavitud sigue sin mencionarse en este tipo de informes o acciones.

Señala el Informe que se han encontrado en fábricas de calzado de Inditex en China, que los trabajadores trabajan hasta 73 horas a la semana; lo que supone 145 horas extras al mes. Una auténtica barbaridad. La hora extra, se ha convertido ya en hora ordinaria. No es de extrañar que duerman en las fábricas para nuestro consumo.

Sorprende en este aspecto que la legislación china ponga de tope 49 horas semanales, mientras que la OIT lo eleve a 60. La OIT depende de la ONU y somete en sus legislaciones a los trabajadores más que una dictadura esclavista y asesina como la china. De igual forma, ambas se incumplen.

Únicamente cuentan con 5 días de vacaciones, el salario apenas supera los 200 euros mensuales y las cotizaciones a la Seguridad Social son mínimas y ni mucho menos por la cantidad de horas que trabajan.

Otros dos datos que llaman mucho la atención son que en muchas fábricas ya se da la circunstancia de «pago a la pieza»; lo que aumenta la competitividad entre los trabajadores por ganar más realizando más cantidad de producto; y que existen ya fábricas de primera y segunda fila, aquellas que realizan los productos de mejor calidad para mejores marcas están mejor situadas y con mejores condiciones (son menos esclavas); mientras que las otras siguen esperando migajas.

A la vista de esta situación; sorprende que no haya una denuncia clara y sistemática por la reparación de este atentado contra los derechos laborales provocado por las empresas de los países enriquecidos. Que tenga que ser por un sindicato subvencionado, y eso sí, dos liberados de muy buena voluntad; para que estas condiciones salgan a la luz y en un contexto de «mejora paulatina».

De igual forma, habiendo pasado ya una década de estas operaciones de lavado de cara (llamados oficialmente Acuerdos-Marco por un trabajo decente), los mensajes calan en la mentalidad de la Sociedad. Que las grandes multinacionales se preocupan por las condiciones laborales de sus productores deslocalizados y poco a poco las mejoran, sin atajar ni plantearse las causas de la miseria a la que los tienen sometidos.

Y que en ningún momento de estas conversaciones, páginas de informes, visitas, viajes, reuniones y entrevistas salga a la luz la palabra esclavitud. La cual resumiría de mejor manera lo reseñado en este informe y el tipo de relación laboral que han creado con el paso de los años en estos países.

Añadir una última reflexión. Muchas de estas situaciones se ven a diario en nuestro país. En esta deslocalización laboral, pero globalización de la miseria, las jornadas también son interminables en algunos sectores, los salarios no cubren necesidades y las cotizaciones a la Seguridad Social están enmascaradas con fenómenos como la extensión del ‘Falso Autónomo’ en todo el tejido empresarial, entre otras.