Darse de baja de la propaganda electoral y la antipolítica

Ha corrido como la pólvora en los grupos de guasap, las redes sociales, los comentarios en el bar o el mercado. Grandes medios de comunicación como El País y la COPE lo han alentado: “Date de baja para no recibir propaganda electoral”.

La falta de investidura de un presidente del gobierno y la nueva convocatoria electoral (no es una repetición de elecciones) han provocado un cierto cabreo ciudadano que ha sido encauzado así, a través del rechazo a recibir propaganda electoral en los hogares. Más de 500.000 personas lo han hecho hasta el 23 de septiembre, según el INE, lo que a juzgar por la propaganda que ha recibido el darse de baja de la propaganda no es un número muy alto.

Es cierto que esta corta e infructuosa legislatura ha generado una cierta frustración entre los ciudadanos que se preguntan si es tan difícil ponerse de acuerdo, ceder algunas posiciones, entenderse unos con otros… Le preguntaron a Pedro Sánchez si los candidatos no tendrían que pedir perdón a los españoles tras estos meses de fracaso y su respuesta fue: “yo soy el representante de la fuerza más votada” y después quince largos segundos de silencio. Cuando los ciudadanos vemos que falta esa elemental autocrítica surgen la rabia y la frustración, que es el caldo de cultivo perfecto para el resentimiento y la antipolítica.

Gracias a la antipolítica vuelan por los grupos de guasap los memes fabricados en factorías bien pagadas despreciando a los rivales políticos. La antipolítica hace que miremos las decisiones políticas desde lejos y a los políticos como seres despreciables incapaces de la mínima autocrítica (como si cada uno de nosotros fuera haciendo autocrítica con frecuencia en público). La antipolítica empuja a pensar que son todos iguales, para evitar el pequeño esfuerzo de discernir.

Haríamos bien en convertir esa rabia y esa frustración en coraje para no mirar los toros de la política desde la barrera. Para movilizarse en busca de propuestas y acciones. Un pequeño grupito de personas y organizaciones lo hicieron así hace un par de años y emplearon tiempo, esfuerzo y dinero en hacer una propuesta desde la plataforma por un Voto Igual para que, entre otras propuestas, la propaganda electoral fuera enviada por la Junta Electoral en un único sobre, que contuviese información de todos los partidos políticos que concurren en cada circunscripción.

De esa manera se ahorraría papel, se evitarían las subvenciones a los partidos por la vía de los envíos de propaganda electoral (que no dependen del número de sobres enviados si no del número de personas censadas en cada circunscripción, por ejemplo en las elecciones de abril fueron 0´21 euros por elector si obtiene representación) y se incrementaría la democracia al ser informados los ciudadanos por igual de todas las opciones electorales que tiene.

Se movieron con creatividad y llegaron a presentar esa propuesta y algunas otras en el Congreso. Pero, es curioso, no se ha difundido como la pólvora en los grupos de guasap, ni El País, ni la COPE les han dado mucha cobertura. Ahora estamos en un buen momento para convertir la rabia en coraje, hacer autocrítica de nuestra dejación política y decir no a la antipolítica.

Diego Velicia