Carta abierta a Juan Carlos Aparicio

La corrupción legal es corrupción

Burgos, octubre de 2013

Se ha denominado «puertas giratorias» al fenómeno tan lamentablemente habitual en la vida institucional política y económica consistente en que los altos cargos de las instituciones políticas pasan a ocupar altos cargos en grandes compañías multinacionales, y viceversa. Un ejemplo conocido es el del ministro de Defensa, Pedro Morenés que lleva años alternando altos puestos en la industria armamentística con altos puestos en el ministerio de Defensa; el último, el propio cargo de ministro. Pero también son conocidos los «fichajes» de ex presidentes como Felipe González, José María Aznar por importantes corporaciones y también de otros ex-ministros, como el muy reciente de Rodrigo Rato.

En los primeros días de septiembre nos sorprendió la noticia de que vd. Sr. Aparicio dejaba su escaño de diputado porque había sido propuesto para ocupar un puesto de consejero en la superempresa INDRA a propuesta de la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales). Merece otro artículo aparte analizar el entramado y funciones de esta sociedad que puede hacer esta propuesta de consejero por haber comprado la participación que Bankia tenía en Indra: una sociedad estatal saneando, una vez más, un banco. O profundizar en qué es INDRA, qué sector de negocios cultiva; entre otros el armamentístico, y la vigilancia de fronteras, léase vallas de Ceuta y Melilla contra los inmigrantes pobres.

Pero en esta carta nos queremos centrar en sus declaraciones Sr. Aparicio (ex ministro, ex senador, ex alcalde de Burgos, ex varios cargos más, ya ex diputado). Declaraciones que no tienen desperdicio. Son de hace un mes, pero merecen  no ser olvidadas.  Manifiesta que no tiene al apego al cargo (de diputado), y que por eso lo deja, aunque va ocupar otro cargo (de consejero) por el que incluso va a cobrar más: 100.000 € anuales. Reconoce que llevaba ya varios meses con la idea de buscarse una salida laboral en una empresa con participación pública tras admitir cierto cansancio de la actividad política, y el deseo de abrir otra etapa. «Me parece una oportunidad digna de ser aprovechada y es una forma de que entren otras personas. Soy partidario de los relevos tranquilos. Toda mi vida he demostrado que no tengo apego a ningún cargo. Es bueno pasar página y hacer las cosas de la mejor manera posible», decía, tras subrayar su deseo de poner toda su experiencia al servicio de Indra. Ambos puestos diputado y consejero son incompatibles legalmente y afirma, Sr. Aparicio, que «al margen de cualquier consideración» legal de incompatibilidad, habría adoptado porque «la naturaleza del cargo y el nivel de dedicación así lo exigen». Y concluye, «hay que aprovechar las oportunidades» que aparecen y «hacer cosas nuevas con ilusión».

Y nos surgen preguntas Sr. Aparicio, preguntas que nos martillean con asombro e indignación.

Si llevaba ya varios meses buscando una salida laboral y cansado de la actividad política, ¿para qué se presentó como diputado hace apenas dos años?, ¿tanto cansa el trabajo de diputado?; ¿afirma que su nuevo cargo le va a exigir mucho nivel de dedicación, al menos tanto como de diputado?, pero ¿no estaba cansado?, ¿va a tener que hacer menos que apretar un botón?; ¿cobrar más ayuda a no cansarse tanto?; ¿no cree que es cuando menos una desconsideración hacia sus votantes y hacia los ciudadanos a los que iba a servir, que usted abandone ese puesto a mitad de legislatura?; ¿en vez de trabajar de diputado ha estado buscando una salida laboral?; ¿para qué le hemos pagado durante este tiempo? ¿no podía haberla buscado sin ser diputado?, ¿y no puede buscarse una salida laboral de su profesión que es químico y técnico de organización, o es que eso es mucho rebajarse, y algo de apego sí tiene a los cargos? ¿qué experiencia tiene vd. de consejero?; sí, alguna ha tenido (en Iberia y Banco Exterior de España, también muy relacionados con la química) , pero, realmente ¿qué hace un consejero como usted en una empresa como ésta?;  ¿qué puede aportar a esa empresa?, ¿sus conocimientos químicos, quizás los organizativos de empresas aunque desde 1983 no los haya ejercitado? ¿o más bien sus contactos?, ¿va a aprovechar sus «contactos» y  conocimiento institucional (después de tantos años algo habrá aprendido claro) para, en vez de servir a los ciudadanos servir a intereses particulares? ¿o es que lleva ya varios meses trabajando para esta empresa?; ¿es este cargo una recompensa por servicios ya prestados, o un anticipo por los servicios que va a prestar? Nos gustaría tener respuestas, y las seguiremos buscando.

Estas preguntas las hacemos extensiva a todos los ex-cargos de cualquier partido que ahora están de asesores o consejeros.

Lo dicho, será legal pero es corrupción.

Fdo. Partido Sain de Burgos