Informaciones de periodistas sirios exiliados en países como Turquía, y en menor medida también en medios españoles y europeos, están narrando cómo, en los últimos días, las muertes están superando el centenar de personas diarias por los bombardeos del régimen de Assad, con la especial colaboración del ejército ruso.
Las informaciones recogen también la realidad de millones de personas sin acceso al agua, y de hospitales desbordados en los que se están realizando amputaciones de urgencia para evitar muertes por falta de sangre y materiales. Ante esta situación, que algunos están considerando un genocidio planificado a los pies de Europa, es clamoroso el silencio de los gobiernos de la Unión Europea y en particular del Estado español, así como de los partidos políticos con representación parlamentaria, embarcados en la lucha por el poder en las elecciones gallegas y vascas, y en el desenlace de la formación del Gobierno de España.
Desde el partido SAIn consideramos inaceptable e inmoral la pasividad con la que se está aceptando la intensificación de la matanza en Siria. Consideramos que esta masacre se está realizando con la complicidad de la Unión Europea, de Estados Unidos y Rusia, así como la aceptación pasmosa de una ONU controlada e incapaz de respuesta. Nos parece una evidencia que el armamento utilizado desde hace años en la masacre del pueblo sirio es fabricado en nuestros países y fuente de negocio para muchas de nuestras empresas, y que son los intereses de los países enriquecidos los que están primando en la intervención de nuestros gobiernos occidentales en la guerra en Siria.
En un momento en el que la llamada crisis de refugiados con origen en el conflicto armado de Siria es considerado oficialmente uno de los principales problemas de la Unión Europea, pensamos que aceptar, e incluso colaborar, con la continuación de esta guerra contra un pueblo agonizante, es un problema político de primer orden y máxima urgencia a acometer por nuestros partidos políticos y nuestros gobernantes.
Llamamos a asumir la responsabilidad política de buscar el fin de esta masacre, a tratar con la máxima solidaridad y acogida a las personas que huyen de esta guerra y de cualquier otra de las decenas abiertas en la actualidad, y a que la sociedad protagonice esta tarea solidaria que nuestras instituciones y partidos están ignorando en sus propuestas.