ALCALDE de FLORENCIA

FlorenciaHace 30 años que Italia necesita emprender la reforma de la burocracia. Para construir un aparcamiento, para una mera variante urbanística, el alcalde de Florencia emplea 494 días

Solo para cumplir con los procedimientos de la ley regional y nacional, para lograr la recalificación de un terreno hacen falta 494 días. Hace falta menos tiempo para construir el aparcamiento que para cumplir con el procedimiento administrativo. Si hubiera un gobierno que se decidiera por fin a podar la burocracia, que tuviera el valor de poner patas arriba el sistema que ha preponderado hasta hoy —en Italia parece como si se intentara hacer más difíciles las cosas— ya eso significaría una suerte de liberación.

Los ciudadanos italianos, en cambio, tienen una tasa de ahorro privado que es la más alta de Europa. El 81% de los italianos tiene una casa en propiedad. No hay otro país en Europa con esos números. Porque los padres decían: «A mi hijo le dejo la casa». Pero no eran capaces de elegir a personas que tuvieran la misma actitud con la deuda pública.

Nos hemos criado demasiado bien. Porque después de los años del boom económico, el tener demasiado ha hecho que nos olvidemos de ser. Los italianos se han sentido satisfechos y las familias se han dedicado más a mimar a sus hijos que a estimularlos. Hoy hay que darle la vuelta al razonamiento, les corresponde a los hijos, a los nativos digitales, cambiar las cosas. Es un cambio generacional. Sin embargo, la política debe ser capaz de secundarlo y de construirlo.

Matteo Renzi.

R. ¿Qué quiere decir ser de izquierdas en Italia? Ser de izquierdas para mí es decir en Florencia basta con la explotación del suelo: la primera gran ciudad de Italia que dice “basta de construir” porque estamos acabando con los espacios verdes y los lugares para nuestros hijos. Para mí es de izquierdas el plan de innovación. He privatizado la compañía de transporte público local y he hecho la mayor inversión en la smart city que se ha hecho en Italia. En Italia, el 13% de las mujeres puede acompañar a su hijo a la guardería. Nosotros estamos en el 38%. Para mí eso es de izquierdas. Para mí es de izquierdas haber recortado los costes de la política y tener más mujeres que hombres en mi equipo de Gobierno. Yo tenía cuatro mujeres y cuatro hombres. Han protestado, así que he quitado a un hombre y he puesto una mujer: cinco mujeres y tres hombres. Para mí es de izquierdas imaginar que los museos están abiertos hasta medianoche. Que las bibliotecas bajo mi gestión han pasado de 500.000 a 1,1 millones de usuarios. La izquierda es apostar por la cultura que crea riqueza. Hay una izquierda que no quiere promover esos puestos de trabajo, quiere limitarse a la teoría, quiere montar congresos. Y hay una izquierda que quiere hacer las cosas. Yo soy de los que quieren hacer cosas. De modo que creo ser de izquierdas.

Si hubiera en el Vaticano el mismo modelo electoral que en Italia, habría habido cuatro cardenales que hubieran proclamado “soy yo el Papa, he ganado yo”. Ha sido bastante embarazoso que las elecciones se hayan celebrado el 25 y 26 de febrero, mientras que en el Vaticano la sede papal quedó vacante el 28 de febrero, y todavía Italia no tiene Gobierno y la Iglesia católica —que no es un modelo de velocidad— ya ha logrado no sólo formar Gobierno, sino cambiar su enfoque.