Fracasada la investidura, sigue siendo el tiempo de la sociedad

SociedadTras el fracaso de la investidura de Mariano Rajoy como presidente de gobierno, el Partido SAIn quiere hacer pública su postura ante la situación política que atraviesa nuestro país.

Las urnas del 26 de junio dejaron un Partido Popular ganador de las elecciones, aunque sin mayoría suficiente para gobernar. En un sistema político como el español, los votantes no votan “para que los políticos se pongan de acuerdo”. Votan al partido que consideran que ha de gobernar, o que desean que influya en el parlamento. La tarea de ponerse de acuerdo para conformar una mayoría que permita una investidura corresponde a los líderes políticos. Pero no han hecho su tarea. Sea por anteponer intereses de partido o por dejar que sus rencillas personales interfieran en su responsabilidad de formar gobierno, han mostrado así un amplio desprecio hacia los españoles.

El PP ha gobernado España durante cuatro años con una amplia mayoría parlamentaria. Tras las elecciones del 20D y 26J debería preguntarse por qué ha perdido millones de votos respecto de 2011 y por qué es incapaz de lograr, al menos, las abstenciones que permitan la investidura de Rajoy. Con sólo una abstención de cada grupo político que ha votado “no” en la segunda votación, Rajoy habría podido ser investido presidente del gobierno y haber arrancado la legislatura. Que sepamos, no lo ha intentado. Si Rajoy no ha conseguido en el Congreso los votos necesarios para ser investido, debería retirarse. Del mismo modo que debía haberlo hecho Pedro Sánchez tras su fallida investidura en el mes de marzo. Ambos anteponen los eslóganes y discursos enlatados, (la culpa siempre es del otro) a la política con mayúsculas.

Ciudadanos pactó en primavera con el PSOE y en verano con el PP. En ambos casos, sabiendo que su pacto era papel mojado, ha intentado presentarse como el partido que intenta desatascar la situación, a la vez que aparenta marcar distancias para que los votantes no voten directamente a PP o PSOE. Difícil equilibrio.

Podemos, fracasados en su proyecto de “tomar el poder”, y noqueados junto a Izquierda Unida tras el fallido “sorpasso”, continúan su táctica electoralista, a la espera de cualquier movimiento del PSOE que permita formar un gobierno del PP, para acusarlos de traidores y crecer en ese espacio electoral de cara al futuro.

Todo se vuelve táctica y competencia, los partidos con representación olvidan la responsabilidad, el servicio y el Bien Común. Y por supuesto, siguen recibiendo dinero público.

Una nueva convocatoria electoral se cierne sobre el horizonte con un soniquete: “si no votáis lo que queremos, tendréis que volver a votar”. Anunciar posibles elecciones para el día de Navidad, ha sido, como maniobra política, algo despreciable por parte del gobierno. Tener que votar tres veces en un año no es un gran problema, ni es inmoral. Lo que sí es inmoral es entregar en subvenciones 120 millones de euros a estos partidos en cada nueva elección, seguir pagando sueldos e indemnizaciones de diputados, senadores, Mesa del Congreso, etc, Sí es un problema la enorme maquinaria burocrática que se pone en marcha en cada convocatoria electoral.

Es fácil criticar a nuestra clase política señalando defectos de unos y otros. Es fácil porque amplios y conocidos son sus defectos. Pero fracasada la investidura sigue siendo el tiempo de que la sociedad protagonice la política. Esa sociedad que se levanta por las mañanas, con y sin gobierno, para trabajar o buscar trabajo, para estudiar o cuidar del hogar, no debe esperar que venga tal o cual gran partido a resolver sus problemas. Esa sociedad es la que hace que las cosas sigan marchando cada día, pues no es verdad que el país esté paralizado. Los transportes y servicios de limpieza, bares y escuelas, talleres y fábricas, hospitales y oficinas… todos ellos siguen marchando gracias a quienes, con su trabajo, generan riqueza en este país, con y sin gobierno. No es cierto que el país esté en manos de unos pocos políticos, faltos de moral y de sentido de la responsabilidad. El país está en manos de aquellos que lo construyen con su trabajo, y que por ello poseen un poder solidario con infinitas posibilidades si se pone a funcionar en la política. Ese es nuestro reto. Nuestro reto de hoy.

Un comentario

  1. Estoy absolutamente de acuerdo con este análisis, y sé que muchos españoles también.
    Sin embargo, siento que no deja de ser un análisis sin propuesta. Es hora de la sociedad, cierto. ¿Pero qué hacemos? ¿Alguna propuesta concreta que podamos llevar a cabo? ¿Abstención general? ¿Movilización general?
    Gracias

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