La última sesión de investidura ha transcurrido en sábado por la tarde, un momento tradicionalmente dedicado al ocio en nuestro país, lo cual ayuda a sacar a la luz esa cara farsante, teatral, dramática, de nuestro sistema parlamentario. Cual si en una función de sábado en los teatros, hemos vuelto a asistir a un episodio de intrigas, traiciones, triunfos y lágrimas, protagonizado, eso sí, por quienes supuestamente tienen en sus manos el devenir político de nuestro pueblo.
Estos actores privilegiados, sus señorías, representantes de un sistema de falsa democracia que quiere convertir la política en la descarga de responsabilidad a través de un voto, han vuelto a medir su habilidad para la retórica vacía y la violencia verbal, para el lucimiento mediático y el reconocimiento efímero, en el mismo escenario en que también aprueban las leyes, estas sí muy reales y cercanas a nuestra vida diaria. Leyes que fijan el salario mínimo, por ejemplo, o que construyen vallas con cuchillas para blindar nuestras fronteras.
Tras dos procesos electorales por los que los partidos del Parlamento se han repartido casi 300 millones de euros en subvenciones a su publicidad, y más de 300 días en que sus 350 señorías han cobrado religiosamente cada mes por trabajar para sus partidos, asistimos a la escena final de esta farsa. Se lo han robado a los más pobres de nuestra sociedad.
Desde el Partido SAIn vemos positivo, sin embargo, que se desbloquee un Gobierno en funciones que estaba acrecentando la grave crisis institucional de nuestro país ante la corrupción generalizada, la incapacidad de los partidos parlamentarios para llegar a acuerdos, y la entrega al poder económico de conquistas sociales que debemos a los movimientos obreros de hace un siglo .
Los cuatro partidos principales, frustradas sus expectativas electorales, han buscado tajada despreciando el bien común, no han pedido perdón y no parecen haber tomado nota de que es necesario que aprendan a dialogar y a ponerse de acuerdo, para que la política pueda recobrar protagonismo ante el poder inmenso de Bancos y corporaciones multinacionales.
La amenaza de terceras elecciones ha respondido a la estrategia de despolitizar y desmovilizar a la sociedad, y dejar así el campo abierto a la política de servicio a los poderes financieros. Quieren que abandonemos toda posibilidad de gestionar nuestra vida y no lo podemos aceptar.
Los españoles tenemos el reto de educarnos en la consecución del bien común, y a ello caminaremos si somos capaces de sacudirnos el yugo de partidos secuestrados por sus élites, que miran sólo por su interés particular.
El partido SAIn está decidido construir un partido autogestionario que facilite a la sociedad asumir su protagonismo político, que deje de delegar en partidos incapaces y se implique en aquellas realidades que construyan una sociedad solidaria y autogestionaria.
Desde el SAIn apostamos por la tarea prioritaria de superar las escaramuzas electorales y crear una cultura política capaz de involucrar a la sociedad en la solución de los grandes problemas de la vida política:
- Guerras, hambre, migraciones forzosas, atentados a la vida.
- Esclavitud laboral, desempleo masivo y empleo precario.
- Insolidaridad nacionalista.
- Crisis demográfica.
- Instituciones secuestradas al servicio de élites…
Os llamamos, hombres y mujeres de buena voluntad que queráis colaborar a una política distinta, al servicio de los últimos y por ello del Bien Común, a uniros y a compartir esta lucha con nosotros. Hemos puesto en marcha algunos medios para ello, seguramente insuficientes y llenos de errores, pero abiertos a que nos ayudéis a mejorarlos y los hagáis vuestros.