Valoración del SAIn de Burgos de las elecciones del 26-J

Cuando tras las elecciones de diciembre de 2015 vislumbrábamos que la incapacidad y los intereses partidistas podían abocarnos a una nueva convocatoria electoral estuvimos valorando si nos convenía hacer el esfuerzo de presentarnos de nuevo. Todo apuntaba a que serían unas elecciones con un carácter de segunda vuelta, en las que probablemente los partidos pequeños sin opciones a obtener representación perderíamos votos en favor de los partidos grandes.  Al final convenció el criterio militante, que no es el de que pese más lo que nos conviene a nosotros, sino de anteponer lo que necesita la sociedad, especialmente los últimos, los que no cuentan, los que no votan.
Y decidimos hacer el esfuerzo, que no es pequeño: de tiempo, de dinero, de dar la cara, de posponer temas personales, familiares… todos muy valiosos. Y a la vez, en ese trabajo y esfuerzo, encontramos una vez más la alegría. La convicción de estar haciendo lo que nuestra conciencia nos pide. La convicción de estar sembrando para que en un futuro se recoja un fruto que quizás nosotros mismos no veamos.  Estos resultados militantes son buenos.
Ahora, en cuanto a número de votos, los resultados objetivos no son buenos. Hemos perdido un 45% del voto al Congreso respecto a las elecciones de diciembre (De 501 a 275 votos). Sin embargo, observamos que al Senado la disminución es mucho menor, y nuestra primera candidata, obtiene 540 votos, lo que nos hace pensar que muchos de nuestros votantes han querido mantener al Senado la apuesta por el SAIn, y en el congreso han valorado la situación ciertamente excepcional que se vivía, apoyando a otras opciones políticas. Estos votos perdidos no creemos que hayan decantado nada en favor de cualquiera de esas, pero lo respetamos.
Los grandes partidos han promovido en los medios de comunicación el miedo al otro, y finalmente los españoles han votado por miedo, con una numerosa clase media venida a menos que se ha volcado en la opción que, a su entender, pone menos en riesgo su propio bienestar; un bienestar del que, dicho sea de paso, cada vez gozan menos españoles. Paradójicamente, ha sido la misma fuerza política que ahora parecen apoyar mayoritariamente los españoles, el PP, el que ha ejecutado las medidas dictadas por los poderosos que han disminuido el nivel de vida en España, además de haber protagonizado innumerables casos de corrupción. El resto de partidos, incluyendo la misma coalición Unidos Podemos, han rebajado su perfil más alternativo, con lo que ha sido demasiado evidente su discurso por el cambio es poco creíble. El PSOE también ha compartido los titulares sobre los casos de corrupción con el PP. Y los nuevos partidos, por otro lado, no parecen tan nuevos en cuanto a su dudosa democracia interna, sus liderazgos y oportunismos. Ahora, los partidos elegidos para formar parte del hemiciclo tienen el reto de escuchar y ser responsables ante la sociedad, pero ni el revanchismo, ni el populismo, ni la demagogia, ni el marketing electoral, ni el miedo a los otros, ni la promoción del propio bienestar a costa de los últimos pueden sostener un proceso social de futuro.
Que el SAIn haya estado presente en las elecciones ha seguido siendo un bien para la sociedad, porque va abriendo una senda distinta en el salvaje y selvático mundo de las instituciones políticas. Ningún partido plantea con tanta claridad que la medida de la vida política sea la dignidad de la persona, y en especial de los más débiles. Ese es el futuro. El partido SAIn, y en particular el partido SAIn de Burgos, seguirá luchando para llevar a la práctica una política que priorice el bien común. En esa entusiasmante tarea esperamos seguir contando cada vez con más simpatizantes y militantes. ¡Ánimo pues!

Be the first to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo no será publicada.