Trabajo digno hoy

TrabajoZ. tiene 23 años. Durante dos, permaneció encadenada del cuello para obligarla a planchar ropa día y noche. La chica sufrió golpes, quemaduras con la plancha que usaba para el trabajo forzado, con poca comida y frecuentemente sin poder dormir. «Me llegaba a golpear con palos, hierros, con lo primero que pudiera estar en sus manos», declara acerca de quienes le imponían dicha situación. Los exámenes médicos determinaron que sus órganos tienen el mismo desgaste de una persona de 81 años. Ocurrió en México D. F.
 
T. tiene 26 años. Llegó a España hace un año, hasta hace poco trabajaba y vivía en un taller clandestino de confección de ropa en un barrio obrero de una capital de provincia. Junto con 29 personas más trabajaban 15 horas diarias, en épocas de más faena, hasta las 3 de la mañana, se acostaban en un sótano y volvían a la tarea. No había ventanas, ni higiene y si querían salir, tenían que pedir permiso al jefe. Por ello cobraban unos 20€ al día. Tras una redada de la Policía Nacional, en la que cerraron el taller y metieron en la cárcel a sus jefes,  T. se encuentra en la calle, y parece que ya ha conseguido algún contacto con otra red de talleres clandestinos.
 
A. tiene 28 años. Lleva 7 años trabajando para una empresa de Sanidad privada con la categoría de Auxiliar, encadenando contratos de 6 meses o un año, de manera que la empresa ha cortado la relación con él en varias ocasiones cuando la Ley la obligaba a hacerle indefinido. El salario en ningún momento ha llegado a los 1000 euros. A. refiere una situación de angustia grave, está viviendo de alquiler, ayudado por sus padres y tiene siempre sobre sí, que vive en un país con más de un 20% de paro, del que el 11,4% es de larga duración.
 
Según la OIT el trabajo forzoso ocurre cuando el trabajo o el servicio es exigido por el Estado o por personas que tienen la voluntad y el poder de amenazar a los trabajadores con severas privaciones como, por ejemplo, privarles de alimentos, de la tierra o la remuneración, ejercer violencia física o abusos sexuales contra ellos, limitar sus movimientos o encerrarlos.
Ahora podemos pensar atendiendo a la definición; ¿En cuál de los casos anteriores no se amenaza al trabajador con severas privaciones? ¿No son los malos tratos, las condiciones infrahumanas y el paro tres formas distintas de disciplinar a los trabajadores? Teniendo claras las evidentes diferencias entre los tres casos,  ¿Podemos considerar que alguno de ellos es trabajo digno?
José Manuel Cidre Mascato