Dicen en las noticias (nacionales) que en Madrid van a cerrar al tráfico algunas calles estas Navidades. Navidades que, por cierto, empiezan ya el día 2 de diciembre. Vistas así las cosas, ya no me sorprende tanto el cartel que me encontré el otro día en Valladolid, ciudad situada a más de 200 kilómetros de Madrid: excursiones a la capital ¡para ir a ver “Madrid iluminado”!
No se trata de una excursión a un museo o a una representación teatral, no es para visitar las Cortes o algún monumento emblemático. No es para desplazarse a una gran manifestación de solidaridad con los hambrientos No. Ahora las excusiones se organizan para ver lucecitas de colores… y supongo que para comprar, claro. Cada vez más y de forma más descarada se mercantiliza la Navidad, banalizándola y convirtiéndola en otro objeto más de consumo.
Al final, estas excursiones, estas luces y estas compras las pagan los mismos de siempre: parados, explotados, emigrantes… que son los que sustentan todo este sistema mercantilista que coloca a la persona en el último lugar.
Pilar Alejos