Dice Javier Maroto:
«Exacto. No importa el color de la piel o el acento al hablar. Pero sí que se respeten los valores y la cultura del país de acogida. Eso y que quien venga lo haga con la clara y única vocación de integrarse y trabajar. Lo demás son falsos debates».
Y digo yo. Y que el país de acogida, donde se integra (trabaja, consume y tributa) le respete el derecho a trabajo digno, a salario justo, a vivienda, a escuela y sanidad para toda su familia… a entrar en el país por la puerta con libertad y no mediante una «pista americana» de entrenamiento y explotado por mafias (ilegales y legales) en la frontera…
Claro… que primero, primero, primero… el país de acogida… Tiene que acogerle.
Pero, ante todo, y primerisimo, primerisimo, primerisimo… el país de acogida debe dejar de destrozar el país del refugiado, mediante el robo de sus riquezas naturales, hambre provocada, guerras, terrorismo planificado, esterilizaciones, enfermedades… etc… Y así, lo mismo, ni tienen que buscar refugio, ni tienen que integrarse… y disfrutando de su cultura, su familia y su patria.
PD.: No importa el color de la piel, ni el acento al hablar. Javier Maroto. El problema es lo gordo de la billetera… Los que menos respetan lo que pides son de Arabia Saudí… Pero traen dinerito…y les construimos el AVE… «El que tiene pase pasa… y el que no…» ¿a saltar la valla?
Porque esto lo dice por los que no son de la religión tradicional en España… ¿O no? Porque en España no hay Iberoamericanos explotados… ni españoles ¿Verdad?
Va a tener razón. Son falsos debates… nacional-extranjero, guerra de religiones, negros-blancos… El debate de verdad es enriquecidos contra empobrecidos. Y que a la esclavitud ahora la llamáis trabajo, digo empleo.
Qué culpa tendran los empobrecidos de nuestra bajísima natalidad.
Julián García