Nuestra solidaridad con Carmen Avendaño y todas las madres que enfrentaron al narcotráfico

Carmen Avendaño durante su participación en el Congreso Rompiendo Cadenas, organizado por el Partido SAIn en mayo de 2014

¿Qué más tendremos que soportar para reconocer a los que trabajan por recuperar la dignidad de la sociedad?
El mundo al revés: las víctimas que lucharon solidariamente, en el banquillo acusadas por el narcotraficante Oubiña

Carmen Avendaño y sus amigas no sabían nada de la heroína, algunas de ellas no tenían estudios, cuando esa droga les robó la juventud de sus hijos, la salud, la alegría,….y la vida. De aquel dolor sacaron fuerza para unirse y poner en jaque al narcotráfico y a los políticos.

«Necesitábamos hablar de lo que nos estaba pasando y yo, que provengo del mundo asociativo, les decía a otras madres: olvidaos de vuestro caso concreto, de vuestro hijo, tenemos que pensar en la sociedad, por qué llega la droga, quién la trae…» Su lucha y su rabia no se terminan con el hijo, siempre con la esperanza de que aunque su hijo no se pudo salvar, otro sí puede hacerlo. «No te creas que es difícil, al contrario, es más fácil todavía. Es el sentimiento de todos. Yo creo que la madre tiene un papel importantísimo. La madre sale, se enfrenta, llama por el nombre al que está delante y que es el causante, en parte, del deterioro y la muerte de su hijo».

Cuando se le pregunta «¿tú no tienes miedo?» ella te dice «¿a qué voy a tener miedo si a mí ya me han matado lo que yo más quería?». «La mujer tiene poder para rebelarse cuando se agrede lo que es suyo y es su entorno. Estos movimientos sirven para formarse políticamente. Aquí, en esta asociación, nadie dice ‘yo no entiendo de política’. Todo el mundo entiende de política»

Ahora Carmen Avendaño se ve cara a cara con uno de los principales objetivos de su lucha, Laureano Oubiña, que la demanda por un delito contra el honor; en concreto, por declarar en una entrevista que además de cannabis, Oubiña traficaba con «otro tipo de drogas». Carmen acudió (y no tenía por qué), el narco prefirió acudir a un plató de televisión. «No tengo el sentimiento de haber ofendido a este señor. Dije lo que dije, lo mantengo y lo sostengo. Si he hecho alguna manifestación no ha sido ofensiva, sino basada en hechos reales», sostuvo.

Manifestamos nuestra solidaridad con Carmen Avendaño y con la Asociación Érguete que ella preside, que representa a tantas familias que en su dolor se levantaron por amor, por dignidad, por justicia. Eso sí que es honor y no lo que reclama el Sr. Oubiña. Acusarla de este modo muestra una vez más cuánto se juega el que apuesta por la verdad frente al poder. Como dicen las últimas palabras de la novela «La Madre» de Gorki, «no callarán la verdad ni con mares de sangre».