El político amigo del Papa denuncia los talleres clandestinos de Zara en Buenos Aires

gustavo-veraGustavo Vera: «La revolución de ‘Laudato si’, el legado irreversible de Francisco»

 

«Si no fuera por Bergoglio yo no estaría hablando con vos. Estaría muerto»

Es sin duda «el político» del Papa. Presidente de la Fundación Alameda, fundador del partido de ‘El bien común’ y diputado porteño, Gustavo Vera reconoce no sólo su amistad con Francisco, sino que Bergoglio le «salvó la vida» y que le sigue recibiendo «cada cuatro meses». El líder social denuncia que Zara practica el trrabajo esclavo en Argentina y asegura que «el legado irreversible de Francisco es su encíclica ‘Laudato si'».

Estamos en Buenos Aires, en el Palacio de la Legislatura de la ciudad, de lo que aquí se llama a CABA (Ciudad autónoma de Buenos Aires).

Efectivamente, en el palacio de la Legislatura porteña, conformada por 60 diputados que representan a los 2.200.000 vecinos de la ciudad de Buenos Aires.

Gustavo Vera es el presidente de la Fundación Alameda, y fundador de un partido con un nombre muy especial, «El bien común«. Y es, además, amigo del Papa. No sé si por este orden.

Sí, soy el titular de una fundación que nace de una asamblea barrial. Y que después empieza a ser uno de los referentes en la Argentina de la lucha contra la trata, el trabajo esclavo, el narcotráfico y el crimen organizado. Y mucho antes de ser legislador, amigo de Jorge Mario Bergolio, con el cual, siendo cardenal en la ciudad de Buenos Aires, hemos compartido muchos sueños y luchas en común.

Entonces se conocen desde hace mucho tiempo.

Bastantes años.

¿Qué es la Fundación Alameda, cuyo cuadro se ve detrás suyo? Me acaba de decir que es el cuadro significativo de la fundación. ¿Qué representa?

Representa una autoconvocatoria de los vecinos que surgió en el 2001. El momento de la gran crisis en Argentina, en la que hubo cinco presidentes, con una mega-devaluación.

La época del corralito.

Exacto, una crisis política y social extraordinaria, en la cual surgieron en todos los barrios de la capital asambleas barriales. La gente se reunía en los barrios, y trataba de practicar relaciones solidarias, en un momento en el cual el Estado se había retirado.

Surgieron los clubes de trueque, las cooperativas, los comedores. Muchos lugares de asistencia a los más necesitados y los más pobres. Y en nuestro barrio, El parque Avellaneda, que es un barrio del suroeste de la capital, surge la asamblea del barrio que empieza vinculándose a los más desprotegidos. Para tratar de garantizar su supervivencia alimentaria y desde el punto de vista de la salud. Y, en este interactuar todo el tiempo con los vecinos más vulnerables, tenemos una estrecha relación con los migrantes que son traídos mediante engaños en prácticas que tienen que ver con trata laboral y con trata sexual.

A partir de ahí empezamos a interiorizarnos de algo que hasta ese momento no teníamos muy claro qué era: La trata de personas.

Migrantes, ¿del entorno?

Tanto internos como externos. Venían de provincias del norte y países limítrofes, como Bolivia, Paraguay o Perú. Mayoritariamente de Bolivia.

Con la devaluación se reactiva la economía en el mercado interno. Hay una sustitución de importaciones, una reactivación de la industria textil, y en ésta crece muchísimo la cantidad de talleres clandestinos que someten a la servidumbre a trabajadores bolivianos captados mediante engaños en la zona del Alto, en Potosí, en Sucre… En un montón de lugares. Y algo que hasta ese momento era episódico o intrafamiliar, se empieza a convertir en una industria del tráfico de personas para abastecer de indumentaria. Hasta tal punto que hacia el 2007-2008 podríamos decir que el 78% de las prendas que se fabrican en Argentina se hacen en talleres clandestinos donde existen prácticas de trabajo forzoso, precario o directamente esclavo.

¿De qué número de personas estamos hablando aproximadamente?

Estamos hablando de más de medio millón de personas

O sea, que es una trata a gran escala.

Donde hay en este momento más de 117 marcas denunciadas por basar su producción en talleres clandestinos a fin de maximizar su ganancia. Entre ellas, marcas internacionales como por ejemplo Adidas, Bensimon, Le Coq Sportif y Zara, a la que hemos descubierto 23 talleres clandestinos solamente en el ámbito de la ciudad de Buenos Aires. Una causa que está abierta en el juzgado Federal.

¿Sin sentenciar definitivamente?

Con algunas sentencias. La primera sentencia por trabajo esclavo, se dio a fines de 2013 de una causa que se había iniciado en octubre de 2005. Un proceso muy largo en el cual hubo condenados, gente que fue presa y maquinaria incautada. Hay decomisos parciales, procesamientos parciales. En estos últimos 2-3 años empieza a haber mucho más movimiento respecto a esto. Se han sancionado 2 leyes de trata. Una del 2008 y otra del 2012, que fue bastante reformulada. Hay mucho protocolo de víctimas de trata. En la ciudad de Buenos Aires hemos creado un centro demostrativo de indumentaria que es del Estado, donde trabajan 10 cooperativas con trabajadores que venían del trabajo esclavo y que ahora trabajan en forma digna y autogestionada, con maquinaria que fue incautada de los propios lugares de esclavitud.

¿El proceso de Zara dónde está en este momento?

vera-denuncia-a-zara
Está en el Juzgado Federal del Doctor Sebastián Casanello. Es una denuncia de marzo de 2013, que empieza detectando 3 talleres que trabajan para la firma. Y después en un allanamiento posterior, en el transcurso de ese año se acreditan 23 talleres. Por supuesto, del lado de la firma están tratando de desvincular a la empresa de los talleres. A pesar de que se encontraron etiquetas, moldes, y testigos que atestiguan que la empresa usaba estos talleres como base de su confección.

En Argentina existe la ley de trabajo a domicilio que hace solidariamente responsable al dador de trabajo del lugar donde manda confeccionar sus prendas. Y mucho más cuando se trata de un lugar de trabajo que funciona a domicilio. La ley de trabajo a domicilio es muy taxativa en Argentina. Y hace solidariamente responsable tanto en lo económico como en lo penal al dador de trabajo respecto de los lugares a donde mandan confeccionar sus prendas.

¿Alguna otra empresa textil española que haya descubierto en ese nicho?

No.

¿Ahí es cuando entra en contacto con el cardenal Bergoglio, entonces arzobispo de Buenos Aires?

No, mucho antes. Nosotros además de denunciar la trata laboral, también hemos denunciado la trata sexual. Hemos cerrado cientos y cientos de prostíbulos en todo el país. Incluso hemos detectado prostíbulos que estaban en propiedad de un miembro de la Corte Suprema de Justicia. También hemos cerrado prostíbulos que estaban habilitados como lugares del Estado. Lugares permitidos por el Estado en la provincia de Santa Cruz. En su momento los habilitó el propio Néstor Kirchner cuando era intendente en el año 89. Los cerramos en el año 2008.

Hemos logrado descubrir una trama de prostíbulos que tenía que ver con el gobierno actual, el gobierno del PRO concretamente. La red de Raúl Martins. Una red que fue armada por un ex-servicio de inteligencia con fines de extorsionar a políticos y empresarios y que después se convirtió en un próspero negocio de trata y narcotráfico. Que tiene vinculación con el cartel de Los Zetas.

Todas estas actividades contra la mafia y el crimen organizado hicieron que tuviéramos muchos atentados y muchas amenazas. Que nuestros testigos corrieran peligro de vida. Hacia el año 2008, Bergoglio simultáneamente estaba tomando medidas muy fuertes en torno a la cultura del descarte, del volquete, y de los vulnerables que quedan en las periferias, caldo de cultivo para estas mafias. Nos pareció que su visión conceptual y religiosa sobre este tema empalmaba perfectamente con la actividad que nosotros estábamos haciendo, y fuimos a pedir su protección. Porque realmente estábamos en un riesgo de vida claro.

¿Se la dio desde el primer momento?

Sí. No solo desde el primer momento. Si no fuera por Bergoglio yo no estaría hablando con vos. Estaría muerto. Era una situación realmente compleja. Grave.

Bergoglio empezó a visibilizar el tema muy fuertemente. El primero de julio de 2008 hizo una misa en favor de las víctimas de trata en la parroquia de los migrantes. Y después la sacó de la parroquia y la empezó a hacer todos los años en la plaza de la Constitución. ¿Por qué en Constitución? Porque este barrio era el que más prostíbulos tenía, más talleres clandestinos y más situación de narcotráfico. Entonces, en el medio de uno de los barrios más sacudido por estas mafias, todos los 23 de septiembre, el día internacional a favor de las víctimas de trata, Bergoglio hacía una misa. Con los cartoneros, con los costureros, con gente que había sido rescatada de la esclavitud. Con fortísimas homilías donde trataba de visibilizar en los grandes medios cómo este fenómeno estaba creciendo como una gangrena.

Fue su escudo protector. Y ahora que no tiene este escudo, ¿se siente de nuevo en peligro?

No. Al contrario, ahora sentimos que tenemos mucha más protección que antes. En esos años, mucho antes de que Bergoglio fuera Francisco, gracias a ese trabajo mancomunado, se lograron sancionar dos leyes de trata y el tema se hizo visible entre la población. Muchas provincias tuvieron que derogar normas que habilitaban pseudo- wiskerías y pseudo-cabarets, que en realidad eran tapaderas de prostíbulos.

Hubo muchos rescates de gente. Muchos jueces que empezaron a involucrarse. Con lo cual hoy día hay muchos actores de la sociedad civil e institucional que se están comprometiendo en estos temas. Y hay toda una corriente que busca que sean seriamente tratados y resueltos. Sentimos un acompañamiento de la sociedad civil mucho más fuerte que en aquel entonces.

Esto tiene que ver con la lucha de La Alameda por un lado, y por el otro con la prédica fortísima de Bergoglio al respecto.

¿Cuándo decide dar el salto a la vida política y fundar el partido «El bien común»?

A nosotros nos invitan en el año 2013 a encabezar la lista de legisladores de UNEN, que era una alianza de centro-izquierda, progresista. No sé si definirla en términos ideológicos, porque en realidad era una alianza muy amplia en la cual estaba un destacado ambientalista, Pino Solanas, estaba Elisa Carrió, que era una diputada que denunciaba hechos de corrupción, y estábamos nosotros, que denunciábamos temas que tenían que ver con mafia y crimen organizado.

vera-con-bien-comun
En 2013 en la ciudad de Buenos Aires hubo una corriente anticorrupción muy fuerte. Un sentimiento de exigencia de los vecinos de que se terminase con la mafia, con la corrupción. Se empezaba a ver en escala de masas que la inseguridad no era un fenómeno policial sino un fenómeno sistémico que se vinculaba a la corrupción de comisarios, jueces e inspectores.

Entonces La Alameda tenía mucha popularidad, y por eso nos ofrecieron encabezar la lista de legisladores de la ciudad de Buenos Aires. UNEN salió segundo. Fue la segunda fuerza. En aquel momento se presentaba como una alternativa, tanto al «Pro» como al «Frente para la victoria», que eran los dos partidos mayoritarios.

¿Estamos hablando de los kirchneristas de un lado y de la gente de Macri del otro?

Exactamente. UNEN fue un experimento de unión de pequeños partidos y organizaciones de la sociedad civil que trató de generar una alternativa entre los dos partidos mayoritarios y que planteó una fuerte agenda anti-mafia y anticorrupción. Y a favor de la reparación del daño a la sociedad civil.

Tuvo una excelente elección, salimos segundos después del Pro. Ganamos al «Frente para la victoria», pero lamentablemente UNEN, inmediatamente después empezó a tener una crisis interna muy fuerte porque algunos de sus dirigentes planteaban una alianza con el «Pro». Cuando en el momento en que nos habíamos presentado éramos una alternativa superadora tanto del «Pro» como del «Frente para la victoria». A partir de ahí, un sector de UNEN se alía al «Pro» en esta alianza que se llama «Cambiemos». Y otros no integran esta alianza. Nosotros conformamos «Bien Común». Originariamente, nosotros entendemos que el poder es un instrumento para servir. Que cuanto más alto se está en un cargo de responsabilidad más se tiene que predicar con el ejemplo.

Eso suena a Francisco.

Por eso somos amigos. Lo primero que hicimos fue publicar los sueldos escandalosos que cobraban acá. La cantidad de contratos que había, la cantidad de dinero superfluo que estaba dando vueltas. Cuando cobré el primer sueldo, doné el 60% ante escribano público. Y es lo que hago todos los meses. Lo destino a la sociedad civil de distintos tipos: familiares de tragedias, escuelas, comedores, parroquias, templos, sinagogas… A distintas actividades que son necesarias para solidaridad. Y he planteado un proyecto para que todos los legisladores se reduzcan el sueldo y cobren lo mismo que un director de escuela.

¿Y cunde el ejemplo?

Bueno, logramos generar un gran debate en la sociedad que obligó a que el tema fuera tratado en el recinto. Perdimos 47 a 4. Frente para la victoria, Pro y todos los partidos, por supuesto, se niegan a adecuar los sueldos de los legisladores a un director de escuela o un director de hospital. Los sueldos de los diputados son 7, 8 o 9 veces el promedio de lo que gana la gente común. Se supone que somos servidores del pueblo. Y no una casta aristocrática que vive por encima del pueblo.

La segunda batalla que dimos fue en relación al tema de la prestación de salud de los diputados. Cuando vos integrás una legislatura, automáticamente te asignan una empresa de medicina privada. Yo he rechazado eso. Voy a hospitales públicos. Planteo que los diputados se tienen que atender en estos hospitales públicos y también he tenido una fuerte resistencia al respecto.

Hemos hecho una actividad legislativa muy intensa. Hemos presentado más de un centenar de proyectos que tienen que ver con medio-ambiente, con planificación urbana, con trata, con combate al narcotráfico, con prevención y recuperación de adictos, con un protocolo de asistencia a las víctimas de trata y trabajo esclavo… Un montón de leyes que hemos trabajado en el devenir. Pero Bien Común, para definirlo sintéticamente es lo que plantea Francisco en «Laudato Si». Es la pelea por tratar de reconstruir la sociedad alrededor del hombre como administrador responsable de la «casa común» y no alrededor del dinero y de la máxima ganancia o del consumismo desenfrenado o del paradigma tecnocrático.

Imagino que otro de los núcleos serán las tres «t»: techo, trabajo y tierra.

Sí, por supuesto. Y eso está incluido en la propia «Laudato si». Donde se plantea claramente que el acceso a la tierra hay que garantizarlo. Hay que romper el esquema estructuralmente perverso que impide que los sectores pobres tengan acceso a ella. Se plantea también la cuestión de la propiedad privada, que tiene que estar subordinada al bienestar general. Y por supuesto nosotros defendemos fuertemente a los más pobres. A los más excluidos en su derecho al techo, a la tierra y al trabajo y esto lo manifestamos a través de un montón de proyectos y de intervenciones públicas.

Pero además de «Bien Común», junto con Bergoglio y poco antes de que fuera Francisco, creamos la Red Anti-mafia. Esta es una red que tiene más de 40 organizaciones en todo el país. Donde hay víctimas de organizaciones que luchan contra el trabajo esclavo, que luchan contra la trata, contra la corrupción, el narcotráfico. Organizaciones que luchan contra la contaminación del medio-ambiente, por la transparencia electoral, contra el lavado de dinero. Todo esto lo hemos unido en una red que ya lleva tres congresos y que ahora está organizando el cuarto para abril. Este congreso va a ser presidido en la apertura por monseñor Marcelo Sánchez Orondo, canciller de la Academia Pontificia, en el cual trataremos todos estos debates en los que hemos implicado a muchos jueces y periodistas y a la sociedad civil.

«Bien Común» no es más que la expresión partidaria en capital del trabajo de la Alameda, pero la Alameda es mucho más que «Bien Común». Es un movimiento. Es un pueblo en el sentido religioso del término. Digamos que trata de luchar contra la cultura del volquete, del descarte. Plantea que la tecnología tiene que estar subordinada a la preservación del trabajo digno de las personas. Porque el trabajo es una parte esencial de la dignidad del hombre.

Y hemos dado batallas importantes, por ejemplo: dentro de la Red Anti-mafia está un grupo que en Malvinas argentinas, un ayuntamiento de Córdoba, ha luchado contra la instalación de una planta de transgénicos de Monsanto, que iba a ser la planta más grande de Latinoamérica.

¿En las Islas Malvinas?

NO, en Malvinas Argentinas, que es un pueblo que está a pocos kilómetros de la capital de Córdoba. Y son vecinos donde hay religiosos, evangélicos, anarquistas, peronistas…un poco de todo. Estos vecinos, que se unieron denunciando el efecto que tenían los pesticidas, el tema de la concentración de la tierra a través de los transgénicos, etc, han hecho un movimiento tan grande que en poco tiempo se constituyeron en partido vecinal y casi ganan las elecciones del ayuntamiento. Han perdido por 400 votos.

Francisco siempre los envía saludos y estímulo para que continúen la lucha. Lo mismo que los familiares de la tragedia de Once, que fue la tragedia ferroviaria que tuvo más de 50 muertos y donde los familiares lucharon muchísimo para que se condenara a altísimos funcionarios que hoy están en prisión efectiva. Lo mismo que la tragedia de Cromañón.

En fin, nos hemos vinculado a lo más profundo de las tragedias que tienen que ver con la cultura del volquete, del descarte y de la corrupción. Lo que son esos efectos tremendos que producen entre las periferias.

Un poco como el movimiento del 15-M en España. No sé si le suena. El movimiento de Podemos teñido de social-cristianismo, digamos.

Y esperamos y aspiramos a que Podemos y estos movimientos tengan una sintonía común. Porque ahora la «Laudato si» nos ha superado a todos. Nos ha dado un marco teórico, científico, religioso y filosófico. Y que permite contener ecuménicamente a todos los que luchamos por un mundo mejor, que no es una cuestión de ideologización sino que es una cuestión científica.

Y tampoco de religión. Es decir en su plataforma entran las personas sean religiosas o no religiosas.

Exactamente, está pasando algo muy gracioso, porque a veces la «Laudato si» es discutida en ambientes donde son todos agnósticos y ateos. Yo he dado una charla sobre «Laudato si» en uno de los centros históricos anarquistas más importantes de Mar de Plata y solamente había una señora que trabajaba en una patronal social. Y el resto estaban todos fascinados con lo que Francisco aplicaba respecto al calentamiento global, al tema del petróleo, los transgénicos o la ecología cultural. Me he vinculado en la ciudad de Buenos Aires a cantidad de grupos que defienden el patrimonio histórico, avasallado por la especulación inmobiliaria. Defienden un cine, o un teatro. Algo que consideran que es parte de su identidad, y se han deslumbrado en el capítulo de ecología cultural de «Laudato si».

Yo creo que «Laudato si» es el producto de una elaboración colectiva, que Francisco ha sabido sintetizar de manera brillante. Ha podido no solamente volver a recordar a los cristianos el camino de Jesucristo, sino además despertar la admiración entre otras religiones, y entre gente que no pertenece a ninguna religión. En el ámbito científico y el sociológico. Nos da una herramienta. Yo le he agradecido la última vez que estuve con él que hubiera devuelto la esperanza al mundo. Porque no son solamente los actos, y el testimonio, que es en lo que la prensa se detiene. Es el legado. Este legado que Francisco nos deja con «Laudato si» es insuperable.

Se nos plantea cómo tenemos que unirnos más allá de nuestras diferencias para tratar de salvar un mundo que está marchando hacia su propio suicidio a través de este paradigma tecnocrático, del consumismo desenfrenado, y de poner el rédito inmediato y la ganancia por encima de las personas. Nos llama a re-configurar un mundo con centro en los hombres viviendo en armonía con el medio-ambiente.

Y nos ofrece una serie de medidas prácticas para avanzar en esta cuestión del bien común. De hecho en «Laudato si» hay una definición del bien común: aquéllo que eleva la calidad de vida de toda una comunidad. Algo que está vinculado a la paz social y a la justicia distributiva. Y nos alerta de que cuando hay desigualdad puede haber violencia.

La búsqueda del bien común es la búsqueda del encuentro entre las personas alrededor de lo más esencial, que es la vida humana, la dignidad, la libertad y la armonía con todo lo creado en el planeta.

Queda mucho trecho, porque lo que usted está explicando se da de patadas con una argentina de Macri o con una España de Rajoy y no sé si con una Alemania de Merkel.

Pero estamos en Argentina y Francisco surgió de sus entrañas. Y por eso la semana pasada 60 intendentes, gracias a la iniciativa del obispo Fernando Maletti, a la iniciativa de los franciscanos y nuestra humilde colaboración, se han reunido y han firmado el pacto de san Antonio en Padua (porque se hizo en esta parroquia), en el cual hay diez puntos que se toman de «Laudato si» que esas intendencias se comprometen a defender y a garantizar. Tienen que ver con la lucha por el derecho al agua, la lucha contra la contaminación, contra el narcotráfico, la trata y el trabajo esclavo. Y con el poder entendido como servicio.

60 intendentes del conurbano bonaerense y algunas otras provincias. Del Frente para la Victoria, el Pro, del Partido justicialista. De un montón de sectores de lo más diverso que sin embargo buscan nutrir para sus gestiones en columna vertebral, en política de Estado basadas en la filosofía de la «Laudato si».

Entonces usted siente esperanza en que se está abriendo una brecha que puede reducir las enormes diferencias que se palpan aquí, en Buenos Aires.

Yo pienso que estamos sintiendo ese vientito. Donde el agua se empieza a poner un poco marrón, donde los pájaros empiezan a volar. Es una correntada imparable que viene de la periferia al centro. Y te estoy planteando esto de los intendentes, que son alcaldes que representan millones de votos y que se han unido para firmar este compromiso. Y del mismo modo que las centrales sindicales de la Argentina, que son muy poderosas, están por reunirse también para discutir la «Laudato si». Quieren tratar de adecuar su programa y su plataforma de reivindicaciones en torno a la filosofía de «Laudato si»

Y hay muchos jueces y fiscales en Argentina que van a participar en la Cumbre Mundial de Jueces que se hace en la Academia Pontificia el 3 y el 4 de junio de este año. Van a hablar de trata, narcotráfico y de trabajo esclavo en el marco del alineamiento con «Laudato si». Es como si aunque en apariencia no hay unos grandes títulos en los diarios vinculados a «Laudato si», yo te puedo asegurar que del subsuelo, al menos de esta patria, hay una correntada muy fuerte en dirección a encolumnar a filas más cantidad de gente alrededor de «Laudato si».

¿Cuándo fue la última vez que estuvo con el Papa?

Hace un mes.

Y ha estado varias veces, que se sepa.

Cada cuatro meses.

¿Le recibe cada cuatro meses?

Sí.

¿Para ponerse al día, para hablar de la situación?

Hablamos de muchos temas, nacionales e internacionales. De cosas personales. Tengo el honor de que mi amigo me reciba como un amigo. Podemos almorzar y cenar juntos. Tener muchas reuniones y compartir muchas experiencias. Me honra mucho esto. Y además tenemos una correspondencia semanal.

¿Por teléfono, por carta?

Por diferentes medios. El último día que hablé con él fue este jueves.

¿Comentó algo especial que se pueda decir?

Está muy contento con el Pacto de San Antonio Padua. Dice que son tiempos en los que hay que caminar con mucho equilibrio. Tratando de respetar los principios de la dignidad. Y hablamos un poquitito sobre un texto bíblico, romanos 30, 11-36, creo. La parte donde Pablo explica cómo hay un montón de paganos y gentiles que mantienen una fe inquebrantable en una Israel que en aquel momento tenía corazones endurecidos. Incluso de eclesiásticos o de jerarcas religiosos.

Y cómo Pablo dice: «si los paganos y los gentiles ahora están viniendo, a pesar de que en algún momento habían extraviado el camino, con qué fuerza volverán aquellos que pertenecieron o predican en términos religiosos».

Quiero decir que es un momento muy contradictorio. ¿Y a qué viene esta cita bíblica?. Pues porque el lunes pasado cuando se juntaron los intendentes a ratificar el Pacto de san Antonio de Padua, fue en el convento de San Francisco, con cuatro frailes y un obispo. O sea, que había un 99% de paganos y gentiles reivindicando el texto de «Laudato si». Resultaba gracioso. Casi no había religiosos.

¿Eso significa que Francisco echa de menos que haya más gente de Iglesia que se incorpore a esto, como están haciendo los paganos y los gentiles?

No es que echa de menos, sino que está seguro de que este movimiento va a cerrar en términos masivos y que todos van a comprender. Y que la conciencia social y colectiva alrededor del llamado desesperado de Francisco a defender el planeta y la dignidad humana, va a llegar a mucha gente a medio plazo. Y hoy por hoy tiene esa paradoja de que se está discutiendo más afuera, que en los ámbitos clericales.

Es un líder global, como usted dice. ¿Es un hombre repetible, o alguien que parece estar tocado por el dedo de Dios y que llega en un momento oportuno para hacer todo esto?.

papa-y-vera-posan-juntos
Es el mediador moral mundial más respetado en el planeta. Su rol excede largamente el de líder de la Iglesia católica. Es reconocido por los luteranos, los budistas, por los musulmanes, por amplios sectores de la colectividad judía. Es una persona que nos interpela respecto a qué es poder, desde su propio testimonio. Viviendo en la casa de Santa Marta en un cuartito sencillo. Usando los mismos zapatos de siempre. Rechazando cualquier tipo de hábito principesco. Usando un auto muy sencillo cuando va a los protocolos o a la ceremonia. Esto es algo que ya hacía cuando era Bergoglio, era una persona que siempre tuvo una correspondencia entre su palabra y su acto. Entre su compromiso con las periferias y en el predicar con el ejemplo como base para construir credibilidad y confianza. Es algo que además él siente muy profundamente. El allá nunca toma vacaciones. Acá tampoco se las tomaba. Siempre para él, lo que hacía era un placer. Un signo de felicidad.

Lo único que ha cambiado respecto al Bergoglio de Buenos Aires y al Francisco de Roma (y ha sido objeto de tantos comentarios cuando fue consagrado como Francisco) es que la expresión de su rostro es de mucha felicidad. Por la oportunidad que Dios le da de poder hacer el bien. De poder servir.

¿Sonríe más?

Mucho más.

¿Se le nota más feliz?

En el año 2012 siendo ya muy amigos, nos veíamos dos veces por semana acá en Buenos Aires. En una oportunidad le pregunté por qué como cardenal no vivía en la residencia de los arzobispos, sino en un cuartito muy pequeño, donaba su sueldo, estaba siempre recorriendo las villas, tomaba el metro. Era una persona de hábitos muy comunes a pesar de que era cardenal primado y arzobispo de Buenos Aires. Le pregunté cómo pudo mantener ese estilo y llegar a los lugares donde llegó cuando a su alrededor no había tantas personas que tuvieran las mismas características.

Me contestó: «Cuando sentí el llamado de Dios para ser sacerdote en Flores e iba a empezar a estudiar Seminario, un viejo cura, que me vio con pasta y con mucha pasión me dijo: ‘mira pibe, si vos querés durar mucho en la Iglesia, tenés que pensar claro y hablar oscuro'».

Entonces Jorge, era una persona que pensaba muy claro pero no podía decir todo lo que pensaba. Porque tenía los límites de su diócesis, por la propia verticalidad de la Iglesia y los cuerpos jerárquicos. Muchas veces tenía que expresar verdades en términos de metáforas a veces muy complejas. Que no todo el mundo podía desentrañar. La diferencia entre el rostro de Jorge Bergoglio y de Francisco es que Francisco habla claro y piensa claro. De alguna manera Dios le concedió la libertad plena después de muchos años de sacrificio y de esfuerzo, para que en sus últimos años él pueda desplegar toda la sabiduría que nutrió del pueblo y de las periferias.

¿Se siente llamado por una misión especial? ¿Siente que es el hombre elegido por la providencia, por el Espíritu Santo para, en un momento especial hacer una revolución especial hacia dentro y hacia afuera de la Iglesia?

Yo creo que sí. Pienso que es el hombre que llegó en el momento oportuno al mundo. Y que está en el lugar oportuno en el lugar necesario, adecuado. En un mundo que estaba marchando hacia su propia destrucción y que a partir de Francisco, empieza a repensarse:

Cuando se detiene el bombardeo a Siria, cuando se restablecen relaciones con Irán, con Cuba. Cuando se empieza a llevar adelante el diálogo interreligioso con religiones que no se veían hace 500 años, como los luteranos. O mil años, como el caso de la Iglesia Ortodoxa rusa.

Empieza a haber cierto replanteo respecto a lo que estamos haciendo en el mundo. Lo que pasó en la comuna en París, o las medidas que se empiezan a tomar contra el calentamiento global. Que, aunque no son todas las que hubiéramos querido, sin ninguna duda son un paso adelante.

Cómo empiezan los alcaldes de todo el mundo a tomar en cuenta el tema de la trata, el trabajo esclavo, o el tema de la lucha contra la cultura volquete que uno años atrás ni siquiera estaban en la agenda.

Me parece que Francisco es claramente el hombre que Dios ha puesto para tratar de llamarnos a tomar conciencia de que es necesario parar la pelota, mirar la cancha y darnos cuenta de que estamos destruyendo nuestro planeta y que a este ritmo desenfrenado, no va a tener retorno y genera periferias cada vez más excluidas. Que hay que reformatear la sociedad bajo otros parámetros que mucho tienen que ver con San Francisco de Asís; en armonía con los pobres y la naturaleza. Y con el propio Jesucristo.

¿Le siguen los suyos? En este momento, a quien más le cuesta es a la propia jerarquía, al menos en España y otros países. No sé aquí.

Sí, aquí pasa lo mismo. Hay cierta crisis. Porque en definitiva la Iglesia en muchos países ha tenido o ha adquirido rasgos mundanos. A veces la relación entre el Estado y la Iglesia en algunos países hace que se adquiera cierto conservadurismo, o ciertas rutinas e inercias. Y se olvidan de la carta de Santiago. Santiago era muy claro, decía: ‘fe sin obras es una fe muerta’.

¿Le está cuestionando la forma de vivir a la alta jerarquía? Cuando él vive austeramente, eso se da de patadas con los palacios y con los grandes coches delos jerarcas eclesiásticos. ¿Eso es lo que les está costando? Porque la doctrina no cambia.

Claramente. Y de hecho hay ataques infundados de parte de los hombres incluso de confianza de Francisco, que lo que pretenden es erosionar lo que él está haciendo. Está haciendo una reforma muy profunda en la Curia e incluso en la administración de sus finanzas para que tengan servicio realmente los más necesitados en las tareas para las cuales fueron formadas. Ha descubierto y ha cerrado un montón de cuentas. Ha tomado medidas muy drásticas, ha generado mucha tensión a gente que se había alejado hace bastante del testimonio de Jesucristo, de los franciscanos.

Pero francisco no solamente interpela esto. Sino que también interpela de puertas para afuera. Se entiende también que una de las cuatro o cinco personas más influyentes del planeta que predica con el ejemplo y que utiliza el poder como servicio, no tenga código de omertá. Porque al cuestionar, y a veces incluso hacer públicas disensiones que puede haber al respecto de ciertos hábitos principescos de algunos obispos o algunos cardenales, Francisco lo que está diciendo es: cuando digo que tiene que haber justicia, no estoy hablando solamente de la boca para afuera, sino de la boca para adentro. No defiende un espíritu de cuerpo con código de omertá.

¿Esta revolución es irreversible o tiene usted cierto temor de que pueda revertirse?

No, esto es irreversible, ha prendido las raíces y ha llegado al corazón del pueblo. Nunca hay que olvidarse de que la Iglesia es pueblo. En todo caso, simbólicamente se expresa a través de las parroquias. No es que el edificio está por encima del pueblo. Y yo creo que en el corazón del pueblo a nivel mundial, la figura de Francisco y su mensaje han llegado muy hondo.

Él siempre decía cuando estaba en Buenos Aires, que las grandes utopías no van de la cabeza al corazón, van del corazón a la cabeza. Creo que él ha logrado interpelar el corazón de los hombres. Y el tiempo para que llegue a la cabeza y para que se plasme en acciones de masa, estrategias o concepciones como la de la «Laudato si» sigue un proceso. Pero en el corazón está claramente instalado y es inevitable que hay un antes y un después en el mundo y en la Iglesia con Francisco.

¿Teme por su vida?

No. Yo ando siempre en moto. En enero de 2013, tuve que hacer un viaje a una ciudad a 400 km. por una denuncia que había. Tardé como 12 horas, porque era una moto pequeña. Paraba cada media hora. Era en pleno verano. Y tenía que volver rápido porque debía encontrarme con Jorge Bergoglio en el arzobispado. Llegué todo colorado por el sol, entonces Jorge me dice:

– ¿De dónde vienes?
– De Mar de Plata -le digo- por una denuncia que hicimos.
– ¿Y por qué tan colorado?
– Porque vine en moto.
– ¿Cómo viniste en moto? Tenés que cuidarte.
– ¿Y para qué estás vos? Si me pasa algo sos un fraude.

El sentido del humor, ¿siempre lo tuvo también?

Siempre. Se ríe de sí mismo y de las situaciones en el buen sentido. Trata de sobrellevar situaciones que son muy tensas con sentido del humor.

A su juicio, ¿sí tiene enemigos pero no van a poder con él?

No creo que puedan. Pienso que en este momento los enemigos han sacado la cuenta de que si hacen algo contra Francisco hoy, su figura se multiplicaría por cien mil.

El pueblo llano se les echaría encima.

Exactamente. Sabes que en este momento hay amenazas de la mafia calabresa porque les ha cerrado alguna cuenta donde hacían negocios turbios. Si bien tiene que tomar algunas precauciones, las personas que están más molestas con esta revolución evalúan costos y beneficios. Y creen que a estas alturas es mucho más costoso hacer algo contra Francisco que dejarlo así.

Hoy es más sutil la manera de tratar a Francisco aquellos que quieren mantener este estado de cosas. Y esta manera sutil se expresa en la invisibilización de sus mensajes más importantes. Por ejemplo, cuando él dio el discurso de las tres «t», gran parte de la prensa mundial estuvo 6-7 días entreteniendo a la población con el regalo que le había hecho Evo a Francisco.

Aquél famoso Cristo.

papa-y-cristo-comunista
Que venía con una hoz y un martillo. Estuvieron 7 días muchos medios del mundo hablando de ese tema para no hacerlo del discurso que Francisco había dado. Si te fijás, cuando fue a la República Centroafricana, la cobertura no fue tan completa a pesar de que ocurrió un hecho histórico. Ahí se abrió la puerta Banguí en el año del Jubileo y la misericordia. Y tampoco vi muchos artículos en el mundo que hablaran de lo que pasó después de la visita de Francisco por la República Centroafricana. Se formó una mesa de diálogo entre las facciones que estaban enfrentadas, el nivel de vivencia se dio drásticamente. Y eso es algo que Francisco ha hecho posible. Ha ayudado al encuentro de una manera determinante. Pero también ha puesto al descubierto, sin denunciarlo, por su propio testimonio, que había potencias de afuera interesadas en que esas facciones se enfrenten para llevarse los recursos naturales de la República Centroafricana.

El viaje a México tampoco tuvo una cobertura a nivel internacional tan fuerte. Son algunas empresas de medios, no hablo de los periodistas. Muchos me han dicho que han escrito cubriendo estas cuestiones y que después no eran publicados. Es una especie de táctica de invisibilizar todo lo que tiene que ver con el mensaje social de Francisco empezando por «Laudato si», el discurso de las tres «t» y las homilías más fuertes. Se trata de resaltar lo secundario. ¿Entiende?

Perfectamente. Centrarse en los pequeños gestos.

Por ejemplo, acá en Argentina que es un país donde Francisco tiene temor de que el nivel de narcotráfico pueda llevar a situaciones de violencia similares a los de Ciudad de México, fue muy paradógico que los medios argentinos estuvieran hablando de un rosario que le había entregado Francisco a Milagros Sala durante todos los días que duró la gira a México. Y que no hubiera ningún medio, ni siquiera televisivo, cubriendo sus homilías. Sí, por supuesto cubrieron todas las que hizo en EE.UU. Pero las que hizo en México, a pesar de que los temas eran muy comunes, si uno quería saber en Argentina cómo estaba hablando el Papa en México, tenía que ver Televisa o la CNN en Español.

¿Se deduce que hay una estrategia mediática mundial para silenciarlo?

Exactamente. Para tomar lo secundario e invisibilizar lo principal.

Y ¿quién estaría al frente de esa estrategia? Porque eso no se cuece solo.

No los periodistas. Los grandes grupos multimedia, que a su vez tienen otras conexiones. El complejo militar industrial ha perdido ganancias a partir de la revolución de Francisco. Algún día se sabrá cuánto perdió al no bombardear a Siria. Al no enfrentar militarmente a Irán. Cuánto perdió en fabricar guerras como hacían habitualmente para justificar las ganancias de sus complejos militares.

¿Hay un antes y un después en Argentina con el Papa Francisco?

Estoy totalmente convencido de que viene la correntada.

Autor: José Manuel Vidal
Fuente: periodistadigital