Defender la sanidad universal exige luchar por un trabajo y una vivienda dignos

El negocio de la enfermedad

Cada vez que un país es sometido a un ajuste estructural, las condiciones de vida de su población, especialmente de los más pobres, se resienten. Los países empobrecidos llevan años padeciendo políticas de ajuste negociadas por el Fondo Monetario Internacional, exigidas por los países enriquecidos, para devolver una deuda injusta, mil veces pagada, y que les ha llevado a que tengan que morir por no tener acceso a una sanidad básica.

Las condiciones sociales en las que la gente nace, vive y trabaja son el determinante más importante para tener una buena o mala salud, o una larga vida productiva o una corta y mísera.

Recientemente, en los países de la periferia de Europa, las reformas impuestas a la población han llevado a que en España uno de cada diez hogares no llegue a unos Ingresos con los que poder mantener una vida digna. Cáritas resaltaba que el 14% de los trabajadores no pueden sacar a sus familias adelante a pesar de trabajar ocho o diez horas diarias.

Paralelamente, el número de seguros privados de salud ha aumentado un 3% en los primeros nueve meses de 2012, y la multinacional hospitalaria sueca Capio cerró 20 I I con 570 millones de euros de beneficios en España.

La mercantilización y la burocratización de los sistemas de salud los hace muy Ineficaces y muy caros y acentúa las desigualdades. En EEUU, por ejemplo, miles de personas mueren al año de forma prematura por no poder pagar un seguro privado.

En España la sanidad nunca ha sido totalmente universal. Ya en 2010 se calculaba entre 90.000 y 180.000 las personas excluidas del sistema sanitario. Tampoco ha habido una sanidad pública. Si miramos la gestión sanitaria, de grandes sueldos a gerentes y nulo control público de las decisiones sanitarias, podemos decir que ha habido sanidad estatal, mas no pública (gestionada por el pueblo).

¡Cuántas de las acciones que hoy dicen defender la sanidad pública, defienden únicamente derechos propios (sueldos, días libres,…)!

Si el determinante sanitario que más influye en la salud, son las condiciones de vida ¿podemos decir que defendemos la sanidad pública sin luchar contra el paro? ¿Es suficiente con atender gratuitamente en el centro de salud a una persona que después vuelve a la angustia del paro, a dormir en la calle o a rebuscar en la basura?