Corrupción en el PSOE ayer y hoy


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Desde que fue elegido secretario general del PSOE, Pedro Sánchez pretende ser el justiciero implacable contra la corrupción.

Recientemente ha pactado con el PP en el Congreso de los Diputados, una serie de medidas supuestamente “contra la corrupción”, aunque realmente es una operación de cosmética, ante las malas previsiones electorales.

Pero la corrupción del PSOE no es puntual. Existen numerosos casos de corrupción en toda España (caso Marea-Renedo en Asturias, caso Pretoria en Cataluña, Operación Púnica en Madrid, caso Pokemon en Galicia, o los casos de ERES fraudulentos y desvío de los fondos para la formación en Andalucía), con decenas de imputados del partido.

No se nos ha olvidado que Pedro Sánchez votó en 2011, como diputado, a favor de la reforma del Art. 135 de la Constitución española, que vendió España a los intereses financieros de la banca, estableciendo en la máxima norma del Estado la “prioridad absoluta” del pago de los intereses y el capital de la deuda pública.

Sr Sánchez, se le debería caer la cara de vergüenza por decir ahora que aquello fue “un error”, cuando fue una verdadera traición, especialmente a los más empobrecidos que siguen pagándolo caro en forma de paro, explotación laboral y recortes de servicios públicos de todo tipo. Todo eso, Sr. Sánchez, también es corrupción. Y usted, por ello debería dimitir.