BCE: Organismo europeo de robo y usura

 Banco Central Europeo: Cómo robar impunemente

Desde el inicio de la llamada “crisis” se han destinado más de 4,5 billones de euros a las entidades financieras de la UE. El BCE ha dado carta libre a la banca usurera, que ha ganado cifras multimillonarias, al endeudarse con el BCE al 1% y prestárselo a los Estados a través de Deuda Pública a tipos de interés mucho más elevados.

Antes de utilizar la moneda única, España se financiaba a través de la deuda contraída con otros países, con los propios ciudadanos españoles y también con el Banco de España. La entrada en el euro limita esta financiación a la deuda contraída con los ciudadanos y a los famosos mercados a través de subastas programadas, eliminando la compra directa de deuda soberana por parte del actual heredero del Banco de España: el BCE.

 Durante la “crisis” los bancos comenzaron a no prestarse entre ellos en el mercado interbancario debido a la pérdida de confianza que se generó. La intervención del BCE aportando liquidez a la banca ha sido una forma de rescate encubierto a la banca.

Todo esto provocó que no hubiera crédito para las pequeñas y medianas empresas, que son las que generan el empleo en nuestro país, ni para las familias, que de la noche a la mañana han visto cómo se ha cortado el grifo de préstamos y créditos y se ha procedido a los desahucios de las viviendas por impago de las cuotas usureras de las hipotecas.

Para poder asumir este endeudamiento, garantizar el pago prioritario de intereses y la devolución de la deuda pública, se modificó hasta la Constitución Española, a espaldas del pueblo. Los numerosos recortes que se han venido dando a través de los Presupuestos Generales y de las nuevas leyes y decretos son consecuencia directa de este proceso.

Debemos mostrar con esperanza a los ciudadanos cómo los pobres en España pusieron en marcha un movimiento cooperativo para protegerse de la usura y la explotación que padecían, y las cooperativas de crédito que se extendieron por toda la geografía y las de consumo, consiguieron bajar el coste de la vida hasta un 20% en algunas regiones.

Debemos decirles a los ciudadanos en las próximas elecciones europeas que no podemos seguir dejando la gestión de los asuntos públicos en manos de gobiernos vendidos a la banca y a las grandes corporaciones transnacionales, porque eso supone más BCE y, por tanto, más hambrientos, explotados y esclavos en todo el mundo.

Debemos denunciar el sometimiento de los gobiernos y los pueblos a las decisiones de una oligarquía financiera que copa los altos puestos de los organismos internacionales sin estar sometidos al voto en las urnas por los ciudadanos.