Ante los acontecimientos de Cataluña, una mirada desde la Solidaridad

el_q_roba_en_cataluLos acontecimientos del 1 de octubre en Cataluña pueden ser juzgados desde muchos parámetros: el legal, el policial, el mediático… Pero para aquellos que pretendemos hacer de la solidaridad el eje de la política, ésta debe ser el metro con el que juzgar lo sucedido.

Para el nacionalismo catalán (como para cualquier nacionalismo, que exalta la nación por encima de cualquier otro elemento) la solidaridad ha quedado fuera de su horizonte. En ningún momento se ha planteado la independencia para acrecentar la solidaridad con los pueblos empobrecidos del mundo. Sus intenciones, más bien, parecen tener que ver con la expectativa de que así serán más ricos. Triste objetivo.

No siendo la solidaridad con los empobrecidos el objetivo de este “proces”, no es casualidad que el propio gobierno de Cataluña se comporte de forma insolidaria con la mitad de su población, pisoteando los derechos de sus representantes en el parlamento, haciendo llamamientos a presionar a alcaldes y concejales, y tratando de trazar esa desastrosa raya entre “buenos y malos” de la que conocemos sus resultados históricos.

El argumento de que sólo se pretendía que la gente votase se ha revelado falso. El objetivo independentista era hacer el mayor ruido posible, exaltar sentimientos, agitar a la población y ganar la batalla mediática a raíz de episodios de enfrentamiento, siempre condenables, para conseguir un aumento de votos independentistas como reacción a los sucesos. No se trataba de defender la democracia. La democracia no es una realidad a defender, sino a construir. Y reducir la construcción de la democracia al voto es una manera de eliminar del debate la democratización de otras realidades humanas, como el trabajo los medios de comunicación o el poder económico. Un poder económico que se beneficia de que crezcan las realidades políticas fragmentadas, sobre las que es mucho más sencillo imponer su voluntad.

La lamentable respuesta del gobierno de España ha venido marcada por el temor de que el referéndum fuera la legitimación del gobierno catalán para proclamar la independencia. El gobierno español se ha basado en la ley como único argumento, y para ello ha hecho un uso de la violencia que siempre deber ser denunciado venga de donde venga. La experiencia nos dice que sacralizar la ley conlleva siempre una injusticia, y que el propio partido que sostiene el gobierno, no ha tenido problema en cambiar la Constitución cuando los poderes económicos lo han requerido.

Esta crisis no se resuelve con más cesiones y beneficios económicos para el nacionalismo. Esa dinámica insolidaria forma parte de nuestra historia reciente y no ha sido parte de la solución, sino del problema. Los partidos de izquierda que nos oponemos a la independencia hemos sido testigos de excepción y una más de las víctimas de una amplia manipulación informativa, dentro y fuera de Cataluña, en una confrontación alimentada desde los extremos en que se sitúan los actuales dirigentes políticos. Es por tanto evidente que la solución no vendrá de estos últimos, y que sólo una sociedad que vuelva la mirada a los últimos de la tierra será capaz de salir del atolladero al que la han conducido sus dirigentes. Ninguna otra salida merece la pena.

Partido SAIn


 

Davant els aconteixements de catalunya, una mirada des de la solidaritat

Els aconteixements de l’1 d’octubre a Catalunya es poden jutjar des de molts paràmetres: el legal, el policial, el mediàtic… Però per aquells que busquem fer de la solidaritat l’eix de la política, aquesta ha de ser la bara per mesurar i jutjar els fets succeïts.

Per al nacionalisme català (com per a qualsevol nacionalisme, que exalta la nació per sobre de qualsevol altre aspecte) la solidaritat ha quedat fora del seu horitzó. En cap moment s’ha plantejat la independència per potenciar la solidaritat amb els pobles empobrits del món. Les seves intencions més aviat semblen tenir a veure amb l’expectativa d’incrementar , així , la seva pròpia riquesa. Trist objectiu.

No sent la solidaritat amb els empobrits l’objectiu d’aquest “procés”, no és casualitat que el propi govern de Catalunya es comporti de forma insolidària amb la meitat de la seva població, trepitjant els drets dels seus representants al parlament, cridant a pressionar a alcaldes i regidors , i intentant dibuixar aquesta desastrosa línea entre “bons i dolents” de la qual coneixem ja els seus resultats històrics.

L’argument que únicament es pretenia que la gent votés s’ha rebel.lat fals. L’objectiu independentista era fer tot l’ enrenou possible, exaltar sentiments, agitar la població i guanyar la batalla mediàtica arran d’episodis d’enfrontament, sempre condemnables, per tal d’aconseguir un augment de vots independentistes com a reacció als esdeveniments. No es tractava de defensar la democràcia. La democràcia no és una realitat a defensar , sinó a construir. I reduir la construcció de la democràcia al vot és una manera d’eliminar del debat la democratització d’altres realitats humanes, com el treball , els mitjans de comunicació, o el poder econòmic. Un poder econòmic que es beneficia del creixement de realitats fragmentades, sobre les quals és molt més fàcil imposar la seva voluntat.

La lamentable resposta del govern d’Espanya ha vingut marcada per la por que el referèndum esdevingués la legitimització del govern català per proclamar la independència. El govern español s’ha basat en la llei com a únic argument. I per a fer-ho ha fet un ús de la violència que sempre ha de ser denunciat vingui d’on vingui . L’experiència ens diu que sacralitzar la llei comporta sempre una injustícia, i que el propi partit que sosté el govern no ha evidenciat cap problema en canviar la Constitució quan els poders econòmics ho han requerit.

Aquesta crisi no es resol amb més cessions i beneficis econòmics per al nacionalisme. Aquesta dinàmica insolidària forma part de la nostra història recent i no ha estat part de la solució , sinó del problema.

Els partits d’esquerra que ens oposem a la independència hem estat testimonis d’excepció i una més de les víctimes d’una àmplia manipulació informativa, dins i fora de Catalunya, en una confrontació alimentada des dels extrems en els quals se situen els actuals dirigents polítics. Es fa evident, per tant, que la solució no ens vindrà donada per aquests últims, i que només una societat que bolqui la mirada als últims de la terra serà capaç de sortir del parany al que l’han portat els seus dirigents. Cap altra sortida mereix la pena.

 Partit Sain

4 Comentarios

  1. Interesante. Muchas gracias. Un detalle de segundo orden: El comentario sobre la violencia policial creo que no es justo; no se trata de violencia gratuita. Si un niño va a meter la mano en ácido le daremos un golpe (violencia necesaria) La violencia no tiene una connotación moralmente negativa de forma inherente.

    RAE VIOLENCIA
    nombre femenino
    1.
    Uso de la fuerza para conseguir un fin, especialmente para dominar a alguien o imponer algo.
    «la trató con violencia; en esta película hay escenas de mucha violencia»
    2.
    Cualidad de violento.
    «la violencia de una explosión; la violencia de las olas; la violencia de una crisis nerviosa; la violencia de un sentimiento; la vegetación actúa de soporte impidiendo que la lluvia llegue con violencia al suelo»

  2. Sin crear polemica por favor me gustaria solo remarcar una cosa. Quizás muchos quieran la independencia para se más riscos. Otros no! Me gustaria SAIN que escucharais a Teresa Forcades por ejemplo. Ella está a favor de la independencia pq ve la possibilidad de hacer un país más justo y solidario no solo para los que viven en Catalunya sino para todos los pueblos. Y muchos deseamos la independencia para eso. Recordar solo la insistencia por ejemplo de Catalunya para acoger refugiados y la gran manifestación que hubo en Barcelona por esta causa! Un abrazo!

    • No sé, quizá sea cuestión de prioridades, pero ante el panorama que tenemos de guerras y violencia por todas partes, de precariedad y esclavitud a todos los niveles, de hambre en un mundo de superabundancia (y despilfarro)… se me queda corto centrarme en un cachito del planeta (el enemigo no lo hace, más bien al contrario, siguiendo la tradición de «divide y vencerás»).
      Por eso es cada vez más necesario un internacionalismo solidario:
      «desde el fondo de los tiempos, cuando no existían fronteras. Antes que vinieran ellos, los que dividen y matan, los que roban, los que mienten, los que venden nuestros sueños».

  3. En un mundo cada vez más globalizado por las multinacionales, veo el nacionalismo como un sin sentido que sirve más para dividir que para unir.
    Y más aún valores como la solidaridad con los inmigrantes y refugiados solo le veo sentido desde el internacionalismo.

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