Andalucía: muertos vivientes, cabreo y flautistas de Hamelin

En ocasiones anteriores he tratado de explicar, sobre todo, a quienes me lea desde fuera, que en Andalucía es raro el día en que no ves el logo de la Junta en algún sitio. Raro el lugar en que, mirando alrededor, no ves el emblema del gobierno autonómico. Fácil es pues suponer que, detrás de ello, hay una muchedumbre que pocos pueden contar comiendo del ejecutivo regional y que explican en buena medida la casi eterna hegemonía del PSOE de Despeñaperros para abajo.

La que, por desgracia sí es conocida, es la lista de “logros” del citado partido; casi 900 mil parados según la última EPA, llegando al 56% entre los menores de 20 años, unos resultados educativos en el informe PISA por debajo de la media española, listas de espera sanitarias que a veces hasta tardan un año en publicarse, y las guindas del pastel: los casos ERE y formación con más de 3000 millones de euros volatilizados entre ambos y que sientan en el banquillo a 22 ex -altos cargos autonómicos.

Estos y algunos otros son los gusanos que corroen el cadáver del PSOE andaluz, que al fin y al cabo son los mismos que pudren al PSOE a nivel nacional. Hace tiempo que este zombi se empezó a desmembrar por su izquierda, formando buena parte de lo que es Podemos.

Y claro, después de tanto tiempo (¿por qué no antes?) un muerto acaba apestando demasiado y hay que quitárselo de encima “como sea”.

Mientras, al otro lado del arco político los restos mortales del Partido Popular, corroídos a su vez por Gürtel, Púnica, Lezo, guerras internas, etc. se desgajaron por su extremidad liberal formando Ciudadanos, y ahora el brazo más ultraconservador toma carta de naturaleza electoral en forma de VOX.

El caso es que en muchas ocasiones se acude a las urnas simplemente para patear al que está en el poder, están en su derecho, pero creo que implica una importante irresponsabilidad, y la historia nos lo relata varias veces. Es decir, la patada a la Gürtel, a los recortes y a la soberbia del PP se llamó Podemos. Ahora vemos claramente que la patada al PSOE, a Susana Díaz y a Pedro Sánchez es VOX. Sin que les augure un futuro muy distinto a unos y a otros que el de simples varas de azotar.

Lo peor de los flautistas de Hamelin que aprovechan el cabreo ciudadano, es que se sirven de algo que no suele fallar: el chivo expiatorio. Y así la Iglesia es la culpable de los males del sistema educativo, o los inmigrantes que llegan en patera son los culpables del paro –a los que mueren en el estrecho aún no se atreven a acusarles de nada-. De forma que luego, unos  pueden prometer renta básica para todos, y otros “prestaciones por hijo a cargo de un mínimo de 100 euros”.

Todos sabemos lo que les pasó a quienes creyeron en el flautista.

Tengo que invitar una vez más a que creamos en nosotros mismos, en organizarnos como sociedad. A formarnos, analizar, buscar estrategias y actuar con cabeza propia. Y desconfiando siempre de los flautistas que vengan a manipular nuestro cabreo, y a enfrentarnos enarbolando chivos expiatorios.

 

José Manuel Cidre Mascato